Carlos “Cartucho”
Las mañanas de prisas y emociones teñidas de retos llenan de vitalidad las líneas profesionales, la algarabía siente el corazón con el primer encuentro frente al grupo, ahora el deber militante lleva a destruir la enseñanza rutinaria con colores de experiencia viva y pedagogía activa.
La actualidad histórica exige preparación, compromiso y cooperación. Tendenciosa se acerca a la mente la idea de repetir y colaborar con la marcha del sistema, lo importante ahora es abrir el corazón, pensar en cambiar y radicalizar la pedagogía, decir didácticamente que otro mundo es posible.
Volver la educación algo más que una utopía requiere aclarar los sueños y ejercitar la creatividad, llenar los segundos escolares de rebeldía, evitar estancarse en la ritualización de la enseñanza, claridad epistemológica y cambiar de paradigmas.
Jugar, pensar, actuar son retos cotidianos que ofrecen sus frutos al correr del tiempo. La educación distinta no camina individual es colectiva, sus pasos emergen de los barrios, periferias y cualquier rincón que se atreva a ser diferente, las constelaciones de ideas cobran vida con los proyectos escolares, llenar de preguntas la vida ayuda a conocer la realidad, el desafío por hacer de la escuela un espacio integral, semillero de hombres y mujeres nuevas, es imprescindible.
No hay lugar para actitudes de veleidad narcisista, egoísmos y supuestos personales, la escuela actual exige compactación en las líneas, abrir espacios culturales y ser opción contrahegemónica.
Las miradas de niños y niñas cuando aprenden algo nuevo es motivación suficiente para seguir buscando, la escuela es el primer frente de batalla ideológico al confluir allí una gran cantidad y variantes formas de ver el mundo, entonces se vuelve necesidad la organización.
La escuela es realidad y espacio geográfico, allí se investiga y se resiste. Caminar de la mano con el pensamiento crítico obliga a romper con el silencio, a salir de la comodidad neoliberal y la opresión sistemática, la actualidad está llena de críticas sin fundamentos, gente que hace de la pedagogía un negocio, que atesora lo personal y olvida lo colectivo, olvidando que la educación es memoria histórica, no es hazaña ni mercado, no debe ser plataforma de discriminación o abandono de vitalidad.
La educación en este momento debe ser valiente, rebelde, inquieta e identificarse con las necesidades de la clase explotada. Problematizar la realidad no es una habilidad, sino una forma de ver el mundo sin escatimar en las propuestas, pues también debemos actuar.
Muchas manos pasan diarias por las aulas, el trabajo las une para pensar colectivas, diseñar las formas cuidan también el fondo, trascender en la educación es hacer política con el pueblo, el alma proletaria debe leerse en nuestros gestos didácticos, las gestiones de esperanza jamás caerán a las fauces de la bestia imperial de una educación monótona y de mercado.
Los retos profesionales no dan tregua, sonríen a diario al ver lo empinado de la colina, disfrutan alegremente de otras ideas y se regocijan en las páginas de lecturas prohibidas.
Una pedagogía válida asume retos de clase, es complemento y oportunidad de reflexión, ve de frente las contradicciones dentro de su propio núcleo, problematiza la didáctica, es cercana al pueblo no solo en discurso, identifica duelos de poder, alfabetiza de forma crítica. El educador se educa en su seno, lucha contra la explotación económica, los retos que enfrentan los maestros y maestras obedece también a una lucha por la identidad con el contexto, a llevar un juicio de lo que sucede, a pintar los sueños colectivos de posibilidades cercanas. Los maestros y maestras que asumen de forma rebelde su profesión no se cansan, saben que el camino es largo y el horizonte debe mantenerse claro aún a pesar de la neblinosa oficialidad, por eso se deben crear cuadros militantes con claridad teórica y fuerza social e intelectual.
Aprovechar el error para arrancar de nuestro universo la enajenación del trabajo para ser una clase insurgente que escucha, sede, avanza y de ser necesario para crecer retrocede.
Enfrentamos juicios incluso dentro del mismo gremio, en ocasiones los tentáculos de la superficialidad pretenden asfixiar desde la profundidad cotidiana, ser maestra o maestro en este 2024 es un acto de eco militante, detonante de una escuela del y para el pueblo.
De pie se da la batalla…
Parte 23:¿Desaparecer… así nomás?
Para l@s trabajador@s, la Ley no es Justicia
Yiria Escamilla
“He caminado en todas las instituciones que se supone me deben de dar el apoyo y a cinco años no tengo una línea de investigación que me lleve a dar con el paradero de mi hijo”, declaró en 2022, Rosaura Magaña, madre de Carlos Eduardo Amador Magaña “Charly”, joven de 20 años que se encontraban laborando en un taller mecánico en Tlaquepaque, Jalisco, desaparecido durante un operativo supuestamente de la Fiscalía General, junto con Juan de Dios González Gómez “Juanito”.
Con la publicación en el 2018 de la Ley Federal de Declaración Especial de Ausencia para Personas Desaparecidas, por el entonces presidente Enrique Peña Nieto (no por López Obrador, quien no ha movido un dedo en el tema), se preveía el constante crecimiento de las desapariciones y las múltiples consecuencias en el ámbito laboral y las secuelas a las familias en los términos legales. Esta Ley reconoce, protege y garantizar la continuidad de la personalidad jurídica y los derechos de la persona desaparecida; así como brindar certeza jurídica a la representación de sus intereses y derechos y, además, otorgar las medidas apropiadas para asegurar la protección más amplia a los familiares. Impulsada por los colectivos, antes de esta Ley, las familias quedaban en la total indefensión, como en el caso de Charly y Juanito.
La Ley permite el reconocimiento de la ausencia de la Persona Desaparecida desde la fecha en que se consigna el hecho en la denuncia; garantiza la conservación de la patria potestad del desaparecid@ y la protección de los derechos y bienes de las y los hijos menores de 18 años de edad, así como de su guarda y custodia; proteger su patrimonio, incluyendo los bienes adquiridos a crédito y cuyos plazos de amortización se encuentren vigentes, y de los bienes sujetos a hipoteca; permitir que las personas beneficiarias de un régimen de seguridad social derivado de una relación de trabajo del desaparecid@ y continúen gozando de todos sus derechos; suspender de forma provisional los actos judiciales, mercantiles, civiles o administrativos, la suspensión temporal de obligaciones derivadas de la adquisición de bienes a crédito; así como algunos en materia civil como: La disolución de la sociedad conyugal o la disolución del vínculo matrimonial a petición expresa de la persona cónyuge presente.
Gracias a esta Ley de Ausencia, la Ley Federal del Trabajo se obliga al patrón a otorgar un permiso sin goce de salario a los trabajadores que cuenten con la declaración especial de ausencia, y la consiguiente prohibición de que se concluya el vínculo de trabajo hasta por cinco años y si esta aparece con vida aun después de los cinco años, se deberá reinstalar en su mismo puesto recuperando posición, escalafón y derechos de antigüedad.
A los beneficiarios en materia de seguridad social, se les reconocerán y conservarán sus derechos (asistencia médica y de maternidad, quirúrgica, farmacéutica y hospitalaria), hasta que la persona sea localizada con o sin vida y pueden recibir el total de los depósitos constituidos, con una cantidad adicional a esos montos, de los acumulados en la subcuenta de vivienda de la cuenta individual, de las aportaciones del 5 % de vivienda que realiza el empleador al Infonavit. Y si era acreditada de un empréstito para la adquisición de una casa, se le suspenderá el pago del crédito hasta en tanto no se localice con o sin vida.
En su artículo 474, la LFT, incluye: Accidente de trabajo es toda lesión orgánica o perturbación funcional, inmediata o posterior, la muerte o la desaparición derivada de un acto delincuencial, producida repentinamente en ejercicio o con motivo del trabajo, cualesquiera que sean el lugar y el tiempo en que se preste…
Al equipararse a un riesgo de trabajo se obliga al IMSS o al patrón en caso de no tener asegurado al trabajador que haya sufrido una desaparición forzada, a cubrir a los familiares el pago de dos meses de “gastos funerarios” y 5 mil días de salario.
Pero… aun cuando el artículo 32 de la Ley de Ausencia, la Declaración Especial de Ausencia no eximirá a las autoridades competentes, de continuar con las investigaciones encaminadas al esclarecimiento de la verdad y de la búsqueda de la Persona Desaparecida hasta que no se conozca su paradero y haya sido plenamente identificada, nada garantiza que sea cierto y real. De hecho, es para las autoridades un preámbulo al carpetazo.
“Aquí sigo en lucha y no descansaré hasta encontrar soluciones para encontrar a mi hijo, hasta que me den repuestas”, afirmó Rosaura. Solo los familiares y colectivos continúan la búsqueda, siempre, siempre, hasta encontrarlos.
Tiene razón. Marche preso
Por Alfredo Grande/Pelota de Trapo
Hace algún tiempo, había un refrán interesante, de los pocos no reaccionarios: “tiene razón, pero marche preso” Tener razón es peligroso. Ser pobre, aunque suene paradójico, también. Lo cantaban Los Quilapayún en la inolvidable Cantata Santa María de Iquique. “Es peligroso ser pobre amigo”.
Obviamente, la razón que te hace marchar preso, es la razón revolucionaria. La razón reaccionaria te da varias zonas de confort. Todo esto viene a cuenta de que un periodista politólogo al que considero muy capaz, dijo varias veces que “el hambre siempre tiene razón”. La asociación libre es poderosa. “Pero marche preso” pensé inmediatamente. Y luego, ya no tan libremente, seguí pensando: “¿qué es en la actualidad de la cultura represora ir preso?” Privado de su libertad, se decía en una época. Entonces todos los que están privados de alguna libertad, están presos. Privados de la libertad de comer por ejemplo.
Parece que no todas las libertades avanzan. Algunas retroceden demasiado, y otras han desbarrancado para siempre. Me pregunto sin ninguna esperanza de obtener respuesta, en qué momento este periodista politólogo se dio cuenta de que el hambre siempre tiene razón. Porque en ese caso, tiene razón hace más de 40 años.
El movimiento nacional Chicos del Pueblo, la lucha de Alberto Morlachetti y Carlitos Cajade y tantos otras y otros, y muy especialmente la conciencia de las chicas y los chicos que no estaban adoctrinados pero tampoco estaban alienados. Las redes eran colectivos presenciales. Más de 40 años y la prisión del hambre sigue vigente. Condena perpetua con accesorias de sufrimientos permanentes.
En el análisis institucional se menciona el efecto Mulhmann que es la recuperación de lo instituyente por lo instituido. Recuperación que es neutralización primero y tergiversación después. Por ejemplo: el paso del cristianismo a la cristiandad. El instituyente del Movimiento Nacional Chicos del Pueblo recuperado por el instituido burocratizado de las políticas partidarias, el funcionariato estéril, y otras delicias de la democracia restituida.
Otra mirada de lo mismo, pero desde otro referente teórico, me parece importante mencionar. Cito a Jano Ponte publicado en El Sudamericano. “¿Qué sucedió en tan solo 10 años? ¿Cómo llegó a ser la «Cultura woke», de justicia social, la filosofía dominante escogida por el globalismo corporativo dominante? La respuesta siempre es la más fácil: beneficios empresariales. En la actualidad el movimiento es cooptado por una extensa red de organizaciones de todo tipo, corporaciones, ONGs, gobiernos y hasta ejércitos, movidos por gurús, brokers e índices bursátiles, que en nada recuerda a los principios sobre los que se erigieron”.
Hoy hasta los criminales de paz, dicen que el hambre es un crimen. Bueno, tampoco de esa manera, porque nadie está obligado a declarar contra sí mismo. También puede ser pensado cómo el capitalismo va desde un Estado de Bienestar de la posguerra, a un Estado de Malestar que es la continuación de la guerra por otros medios. La paz de las democracias empieza a ser un recuerdo de “las golondrinas que no volverán” (Asocié con la dimensión política de Bécquer). La advertencia de Von Clausewitz siempre tiene vigencia. Los organismos internacionales, fachada tolerable de las corporaciones transnacionales, asumen la lucha contra el hambre. Y pasan publicidades vomitivas pidiendo ayuda vía donación. Sin mencionar obviamente el default presupuestario de los organismos que deberían paliar los efectos producidos por las políticas de acumulación.
Pienso que, si el riesgo es terminar preso, igual vale la pena, o mejor dicho, vale la alegría, sostener una razón revolucionaria. En la cual las chicas y chicos del pueblo puedan escapar de las cárceles del hambre. Y tener razón por siempre jamás.
fuente: https://pelotadetrapo.org.ar/tiene-razon-marche-preso/
Dice mi padre que puede leer
en las manos del pueblo el destino
y que no hay asesino ni rey
que le pueda marcar el camino
que va a recorrer.
Alfredo Zitarrosa
Zenzontle2004@gmail.com