Alo largo del primer semestre de este año el Congreso local emitió 396 resoluciones –que incluyen decretos y exhortos, así como nuevas leyes o reformas a las mismas–, la cual es una cifra que contrasta con las 958 resoluciones que hubo en el segundo semestre del año 2012, lo cual indica que la productividad de los diputados se redujo en 60 por ciento.
La drástica reducción en el trabajo legislativo se explica debido a la mayor parte de los diputados locales descuidaron sus labores en el Congreso, ya que se involucraron de manera total o parcial en el proceso electoral que hubo este año, olvidándose del compromiso que tenían como representantes populares y sin importar las consecuencias para el grueso de la población en el estado.
Puebla es un estado de grandes y muy graves contrastes sociales, con enormes problemas relacionados con el aumento de la pobreza, la criminalidad, la destrucción del medio ambiente y la presencia de intereses de grandes capitales que buscan vulnerar los derechos ciudadanos. Frente a ese panorama la entidad requiere de legisladores sensibles y con un ardua labor para buscar preservar el Estado de Derecho, los valores democráticos y también una convivencia civilizada. Sin embargo, el Congreso no ha estado a la altura de esas demandas.
Lo más grave de esta circunstancia es que no hay nada que impida que los próximos diputados, que recientemente fueron electos, que acaben con el mismo grado de mediocridad de los actuales legisladores. Tal situación plantea la necesidad de buscar mecanismos legales para que eso no siga ocurriendo.