El cómputo de la elección de Venustiano Carranza y Chignahuapan, demarcaciones que se ubican en la zona norte del estado, se efectuó casi dos semanas después de la jornada electoral y el Instituto Electoral del Estado (IEE) envió a ambos municipios a elecciones extraordinarias para la renovación de las alcaldías, tras detectar irregularidades.
En ambos casos se registraron hechos de violencia que implicaron dejar abandonados paquetes electorales que cuestionaron la validez de la elección, lo que motivó la inconformidad de los partidos y candidatos que se consideraban ganadores de la contienda, que impugnaron la determinación en el Tribunal Electoral del Estado de Puebla (TEEP), mismo que dilató hasta la fecha la resolución de los conflictos.
Lo anterior propició que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) determinara que el TEEP fue omiso en resolver el conflicto postelectoral de Chignahuapan y Venustiano Carranza, ya que no llevó a cabo ninguna acción para atender esos casos.
Resulta preocupante que el TEEP, en lugar de coadyuvar a evitar mayores conflictos sociales, en esos municipios donde la violencia interrumpió la elección del 2 de junio por la confrontación entre grupos, dilatara la resolución de los conflictos en ellos.
No hay que olvidar que en Venustiano Carranza, por ejemplo, el problema de fondo no se reduce al conflicto poselectoral sino a la disputa territorial y control político de grupos delictivos asociados a la extracción ilegal de combustibles, según algunos analistas mientras las autoridades parecen mirar hacia otro lado.
Tras ser exhibido a nivel federal por demorar sin justificación la resolución de impugnaciones de la elección pasada, al TEEP le tomó solo cuatro días emitir la sentencia de nulidad sobre los juicios en los comicios en Chignahuapan y Venustiano Carranza, los cuales mantuvo en espera durante casi cuatro meses sin mayor explicación.