De acuerdo con Data México, en Puebla hay 13 mil 120 personas que se desempeñan como trabajadoras de paquetería, de apoyo para espectáculos, repartidores de mercancías y de mensajería (a pie y en bicicleta) y mandaderos, mientras que las autoridades estatales carecen de información oficial respecto a cuántos específicamente laboran como repartidores vía aplicaciones como Uber, DiDi, Rappi u otras.
Sergio Guerrero, dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores por Aplicación (UNTA), señaló a este medio informativo que los trabajadores son reconocidos como “asociados” de esas empresas, lo que les permite evadir toda obligación de ley con ellos, aunque en la realidad existe una relación de trabajo. Expuso que, en promedio, un trabajador de plataformas se conecta hasta 15 horas al día, buscando obtener con ello entre 500 y mil pesos, de los cuales tiene que pagar, entre otros conceptos, internet del teléfono, gasolina, refacciones y seguros de los vehículos, que regularmente son motocicletas, así como mochilas para el caso del transporte de alimentos.
La expansión de esta actividad se potenció en la pandemia de Covid–19, cuando el reparto a domicilio fue una salida para acceder a muchos de los bienes necesarios sin tener que salir a comprarlos, mientras para muchos jóvenes fue una alternativa de trabajo en un entorno muy restrictivo de la actividad económica y para las plataformas un gran negocio, ya que el trabajador se hace cargo de tener todos los elementos y gastos con el fin de poder desempeñar su actividad como repartidor.
A nivel federal la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha presentado la propuesta de garantizar a los trabajadores de aplicaciones, choferes y repartidores acceso a la atención médica brindada por el IMSS, pago de utilidades, créditos para vivienda, seguro contra accidentes de trabajo, respetando la flexibilidad de horario laboral y reconociendo la subordinación discontinua.
En Puebla, en el ámbito legislativo no habrá propuesta, ya que se esperará que se transite a nivel federal, que entrará a discusión próximamente. Habrá que esperar también la inclusión de las voces, propuestas y necesidades de los propios trabajadores en esas discusiones para dignificar su labor.