Campesinos de Zacatlán, Puebla, han alzado la voz para denunciar un flagelo que amenaza con destruir sus recursos vitales: la sobreexplotación y contaminación de los mantos freáticos y tierras fértiles por parte de cuatro empresas mineras: Ecominerali, Covia, Fedex y otra administrada por Miguel Martínez.
La actividad desenfrenada de estas compañías no solo está agotando las fuentes de agua, sino que también está diseminando feldespato, afectando severamente a los frutales emblemáticos de la región, como los manzanos y duraznos. Esta situación ha generado un impacto devastador en las comunidades de Atexca, Metepec, Camotepec, Las Lajas y otras localidades, donde los residentes reportan un aumento alarmante en los problemas de salud, como daños pulmonares, tos crónica y enfermedades visuales.
Es imperativo que se escuchen las voces de estas comunidades, que durante años han sufrido en silencio los embates de una industria que antepone el lucro a la vida. La depredación de los recursos naturales no solo pone en riesgo el medio ambiente, sino que amenaza la forma de vida de miles de personas que dependen de estas tierras para su subsistencia.
Por desgracia, lo que está sucediendo en Zacatlán se replica en otras regiones de Puebla, como es la zona metropolitana, en la Cuenca Libres–Oriental entre otras, donde compañías de diversos giros industriales, de la producción minera, agrícola y ganadera o el abastecimiento de fraccionamientos y la expansión inmobiliaria desenfrenada, están agotando el agua y otros recursos naturales.
Los conflictos han escalado y los pueblos y comunidades se han organizado para denunciar y defender sus recursos que les son arrebatados mediante distintas formas de despojos y en detrimento de sus formas de vida y de sus propias vidas puestas en continuo riesgo.
La trágica noticia que hoy presentamos del violento desalojo de la Fuerza Civil de Veracruz al plantón frente a Granjas Carroll en la disputa que existe en la Cuenca Libres–Oriental que arrojó hasta el momento tres muertos e incontables heridos, y un número desconocido de detenciones resulta inadmisible. Es también reflejo de la impunidad y la falta de atención de las instancias y autoridades competentes a las demandas campesinas y de los pueblos, que se han constituidos en el Movimiento en Defensa del Agua de la Cuenca Libres–Oriental y que hoy obtuvieron como respuesta una fuerte represión.