Ternium cuenta con dos descargas por las cuales pasan aguas de sus procesos productivos, de sanitarios y regaderas; el líquido de una se encuentra visiblemente contaminado y, por filtración, estaría afectando un río que conduce al Atoyac.
Así lo indicaron trabajadores de la empresa, quienes relataron a La Jornada de Oriente que los colectores no tienen revestimiento y están en contacto directo con la tierra.
El colector norte desemboca en la planta tratadora de aguas residuales, misma que dijeron no siempre trabaja porque las bombas se descomponen; esta se encuentra cercana a la subestación eléctrica Xoxtla.
Es poco el volumen que lleva y el recurso hídrico se nota más claro, pero sale de áreas de producción como la de “Fesa”, donde tratan el fierro esponja
Mientras que la descarga sur, cuyo colector está paralelo a Nova (unidad deportiva de Ternium), es la que tiene agua más contaminada, es color tornasol, y presumiblemente llevaría aceites.
Anteriormente desembocaba en el río conocido como “Cuvarrubio”, que atraviesa por Coronango; ahora la salida está taponeada, pero eso no significa que no lo afecte, ya que el líquido se estanca y por filtración estaría contaminando aguas superficiales llegan al citado afluente que conecta con el Atoyac.
El colector se ha llegado a desbordar, propagando así los contaminantes en el suelo, añadieron los entrevistados.
Algunos patos silvestres suelen llegar a la descarga sur, lo que significa que están bebiendo líquido contaminado.
Aproximadamente cada tres o seis meses los colectores son desazolvados, los olores que se desprenden son fétidos y los lodos ya no los llevan fuera de las instalaciones, sino que los arrojan en la parte trasera de lo que era el Centro de Adiestramiento.
Los entrevistados manifestaron preocupación por la posible contaminación de las aguas superficiales, generada no solo por la filtración en los colectores, sino también por los escurrimientos de los montones de escoria que tiene Ternium detrás de la planta.
Subrayaron que el impacto no se limitaría a Xoxtla, sino a municipios como Coronango y Tlaltenango, donde la gente aún tiene pozos artesanales.
También aprovecharon para denunciar la contaminación del aire, ya que derivado de los procesos al interior de las naves se observa una especie de neblina, de la cual se protegen mientras tienen los uniformes y equipos de trabajo, pero en el exterior también hay partículas suspendidas que respiran y dañan su salud.
Indicaron que el sistema de polvos y humos no capta todos los contaminantes que la empresa emite a la atmosfera.
“Cuando nos quitamos las mascarilla hay polvos de refractarios, metálicos, óxidos, todo eso está en el aire, se quita uno la mascarilla, en el ambiente ahí están”.
La empresa continúa trabajando las 24 horas del día, pero cerró los sanitarios y regaderas y ha colocado baños portátiles para los trabajadores, toda vez que su descarga residual fue clausurada por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) el 19 de diciembre, por no contar con permisos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
En ese tenor, los trabajadores indicaron que cuando las regaderas están abiertas prefieren no bañarse porque no hay agua caliente y las instalaciones lucen sucias.
Hylsa no entregó permisos a Ternium, indica director
La planta de Ternium llevaría hasta 20 años sin contar con permisos de descarga de aguas residuales.
En una reunión realizada con trabajadores en diciembre pasado (algunos fueron obligados a quedarse a pesar de que habían concluido su turno), Juan Carlos Rodrigues, director de Largos Puebla Ternium México, indicó que cuando hicieron la compra de Hylsa, no se los proporcionaron.
Eso hace suponer que llevaría dos décadas sin autorizaciones porque, de acuerdo a información publicada por la empresa en su página web, en 2005 Techint adquirió Hylsa en México y se unió a Siderar y Sidor; la conjunción de las tres dio origen a Ternium.
El directivo también les mencionó que no estaban contaminando el Atoyac y que tendrían los permisos para el 6 de enero de 2025. Sin embargo, a la fecha no se ha reportado que la Conagua ya se los expidiera.
Fue enfático en pedirles que no hagan caso a lo que se comenta en redes sociales ni a notas “amarillistas” que afirman que la empresa está dañando el medio ambiente.
“Dijeron ahí: es molesto que ustedes vayan a los baños portátiles, pero ustedes tienen que considerar que no es porque nosotros queramos, nosotros no estamos contaminando, nosotros todo está bien y nada más estamos esperando los permisos, ahorita quedaron de darnos en enero”, expusieron los entrevistados.
Además, Juan Carlos Rodríguez les indicó que –presuntamente– ejidatarios del Tlaltenango pidieron a Ternium descargar sus aguas en terrenos de cultivo.