¿Desaparecer… así nomás? Parte 21
Por tu hija y por la mía, que estamos viviendo la misma injusticia.
Texto de una pancarta.
Yitia Escamilla
De lo micro a lo macro, los sectores de la sociedad son violentados por el Estado, por omisión, por incompetencia, por su militarismo entreguista, por el solapamiento al narco, por la corrupción judicial, porque el Estado prioriza su defensa más que la nuestra.
Caso 1
Al cierre de edición, el juez Manuel Alejandro Martínez Vitela, dictó la absolución del abusador sexual de una menor de 4 años (en el 2022). Respaldado por el Poder Judicial del Estado de México, el juez argumentó que la víctima jamás mencionó el tema del lugar, el día y el horario de los hechos. Mediante un comunicado afirmó que no existieron medios u órganos de prueba suficientes; solamente una de cuatro pruebas psicológicas es válida; que el acusado tiene una coartada creíble y los abuelos estuvieron presentes durante el horario de la agresión. Los testigos son los padres del imputado, la esposa y la hija. Cabe comentar que el abusador es tío de la víctima, agravante que no fue tomado en cuenta.
Aun quedando el recurso de apelación, este es un ejemplo de impunidad estructural, patriarcal, ciega y muda como la justicia a modo que refleja la situación de las infancias en este país. Liberar criminales y bajar cifras, desaparecer casos, es la consigna gubernamental de los poderes. Así nomás.
La madre de la menor, resume este peligro judicial: “¿De qué le sirve a mi hija haber sido valiente, cuando le falla el sistema?”. Lo mismo preguntamos todas las mujeres.
Caso 2
María era una mujer indígena, hablante del tzotzil, pobre, trabajadora doméstica, joven, asesinada a pleno día en calles cercanas al Viaducto de la Cdmx. Fingiendo un asalto, su pareja la apuñala y deja que muera tirada en el arroyo vehicular degollada y golpeada en la cabeza con un mazo. El feminicida (Abraham) huye y finge pedir ayuda a la policía. Regresa al lugar de los hechos y grita que han asesinado a su “prima”, cayendo en contradicciones. Los policías se percatan que tiene sangre en la ropa y rasguños en brazos. Gracias al testimonio de una menor de edad, se logra establecer la línea de tiempo y el móvil económico del feminicidio. También se evidencia el sistema corruptor de los servicios periciales de traducción de lenguas indígenas.
A pesar de cumplir con todas las agravantes de un caso de feminicidio: Presentar signos de violencia sexual de cualquier tipo; lesiones o mutilaciones infamantes o degradantes, previas o posteriores a la privación de la vida o actos de necrofilia; antecedentes o de cualquier tipo de violencia en el ámbito familiar, laboral o escolar, del sujeto activo en contra de la víctima; existir entre el activo y la victima una relación sentimental, afectiva o de confianza; amenazas relacionadas con el hecho delictuoso, acoso o lesiones del sujeto activo en contra de la víctima; víctima incomunicada; o que el cuerpo de la víctima sea expuesto o exhibido en un lugar público, el asesino (según las autoridades, no es feminicida) fue imputado de los delitos de homicidio calificado.
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En las versiones públicas de los Poderes Judiciales, se revela el desdén de la justicia para sentenciar a los feminicidas. La “justicia” se empeña en bajar las cifras de los feminicidios y reclasificarlos como homicidios, quitando las agravantes y dulcificando las sentencias. La diferencia en los años en estos delitos es contundente; para los casos de homicidios (culposos o dolosos), la sentencia es de entre 20 a 50 años, para los feminicidios 40 a 60 años y 500 a mil días de salario mínimo de multa. Claro que las multas y reparaciones del daño no serán efectivas hasta que el feminicida acceda a algún beneficio o termine su condena.
Otro 8 de marzo así nomás
Los casos anteriores seguramente son algunos de los muchos casos que pretenden bajar cifras a costa de la vida de niñas y mujeres, a cualquier costo. El Estado desde su cara ejecutiva reclama a sus pares del Poder Judicial de la Federación, las diferencias de postura de los asuntos que son de su interés y que afecta su poder. Casos como los anteriores, no le importan, no representan problema, no existen, sencillamente. Muertas o violadas ya no votamos.
Las mujeres y niñas no parimos petróleo, no somos trenes rompiendo selvas, no somos cifras bonitas de casos resueltos. Somos fosas, somos tumbas, somos memorias que no desaparecen.
Agua, género y clase
Oscar Ochoa
María de la Luz es una mujer de la tercera edad que vive en el municipio de Chimalhuacán, y desde hace más de 25 años llegó a vivir al municipio donde levantó con muchos sacrificios su modesto, pero confortable hogar. Desde ese tiempo hasta mediados de febrero nunca había sufrido por la escasez de agua. Es jubilada y vive de su pensión y de algún apoyo del Estado. Ella trabajó desde los 11 años, y hasta hace 3 fue costurera, sacando a sus hijos adelante con este noble oficio. Migró al Norte a finales del siglo XX, y cuando regresó con unos ahorritos se hizo del terreno donde construyó la casa que ama tanto como a sus hijos.
Varias fueron sus preocupaciones, desde un principio, cuando ella y su hija correteaban las pipas de agua para comprar unos cientos de litros a un alto costo, y cuando en 2018 iniciaron los trabajos para construir el malogrado por rechazado proyecto del Aeropuerto en el Lago de Texcoco, empezaron a hacer recortes tandeados por barrios y colonias, pero al extinguirse el proyecto ecocida, ella pudo respirar tranquila. Ahora, sin embargo, no supo con exactitud cuándo cortaron el suministro; se enteró por las vecinas, y al revisar su cisterna se dio cuenta de que estaba casi vacía. Ahora busca el apoyo de las pipas que manda el municipio, previa comprobación de pagos de agua al corriente, para que le dejen unos cuantos cientos de litros.
María Asunción Aramburuzabala Laguerri es una empresaria mexicana, se le considerada la como la quinta persona más rica de México, y la primera mujer en este rubro. En América Latina es la tercera mujer más poderosa, y ocupa la posición 311 en el plano internacional con 6,180 millones de dólares de acuerdo con la BBC. Es propietaria del Grupo Modelo que se especializa en la producción y exportación de cerveza a la mayor parte del mundo.
Grupo Modelo acapara 9 mil millones de litros de agua en la Ciudad de México, y a pesar de sus alternativas para reducir el consumo del líquido, este acaparamiento por parte de la empresa no ha disminuido su brutal consumo, que equivale al de 13 megaproyectos inmobiliarios en la misma demarcación, de acuerdo con el diario Basta. Y es que, para la producción de un litro de cerveza, la empresa declara que consume entre 2 y 3 litros de agua, resultado de los nuevos procesos para su elaboración.
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Sin embargo, otros indicadores revelan que desde el cultivo hasta su producción final se requieren 180 litros de agua (según declara la publicación Business insider México), lo cual hace evidente que industrias como estas son responsables de la sequía por la que atraviesa gran parte del territorio nacional. Y no podemos esperar que el despojo se detenga apelando a las buenas conciencias de personas como la empresaria, sino con la determinación de las colonias, pueblos, barrios, rancherías, colectivos y académicos que ven en esta crisis el principio del fin para la vida tal como la conocemos y demos un golpe de timón ante la sordera de gobiernos progresistas y conservadores, que sirven de igual manera al capital nacional y trasnacional.
María de la Luz es una mujer de escasos recursos que lucha por tener agua para vivir, María Asunción Aramburuzabala es una empresaria que usa su poder para hacer del agua de todos un recurso para incrementar su riqueza, esa es la lógica del capital. El tema del agua nos coloca frente a un imperativo de clase y de supervivencia. Es el momento de mirar nuestras reservas de agua, de humanidad y de coraje para la lucha.
450 historias como la de Hind. Cada día.
Lydiette Carrión// Pie de Página
Hind Rajab era una niña de seis años –o quizá siete, las fuentes varían–. Una imagen circula internet: esta niña pequeña vestida con esos graciosos trajes de graduación de preescolar y que simulan una toga y birrete universitarias. Un detalle que revela que no es Occidente: las letras árabes, que a nuestros ojos parecen garigoleos. Hind sonríe a la cámara, orgullosa de su logro: terminar preescolar. Al lado de ella, y sobre una mesa dorada, un florero del que asoman unos tulipanes. Otra imagen: Hind en la escuela, sonriendo de nuevo a la cámara, el pelo recogido en dos trenzas impecables, rematadas con moños blancos. Un vaso con lo que parece ser una golosina en una mano. Hoy Hind está muerta. Fue asesinada, y probablemente haya sido víctima de ejecución extrajudicial: esto es el asesinato intencional contra una civil –en este caso una niña pequeña– por parte de autoridades.
Hace 12 días, Hind viajaba a las afueras de Gaza City junto con cinco miembros de su familia (dos tíos, primos y una hermana). Trataban de salir del suburbio de Tel Hawa –un lugar rodeado de edificios residenciales–. Pero fueron atacados por un tanque israelí.
Los videos de Al Jazeera muestran el auto cocido a balas. Según este medio, una prima de Hind, de 15 años de edad, llamó a la mamá de Hind. Dijo que las estaban atacando, se oyen los gritos y las balas, la adolescente también fue muerta.
Entonces Hind llamó a los servicios de emergencia. Algunos medios advierten incluso el nombre de la operadora, que envió inmediatamente una ambulancia de la Media Luna Roja con dos paramédicos para rescatar a la pequeña. Esta operación de rescate fue “acordada”, aprobada por las fuerzas de ocupación israelíes, supuestamente.
Se perdió contacto con la ambulancia.
Israel dijo que “no sabía nada”.
Durante 12 días no se supo más porque nadie podía acercarse al lugar. Finalmente, las fuerzas de ocupación retrocedieron y la gente entró al lugar. Fue así que el pasado 9 de febrero fue hallada la ambulancia bombardeada, calcinada apenas a unos metros del carro de la familia de Hind. Adentro se encontraron los dos paramédicos que iban por Hind: Yusuf Zeino y Ahmed Al-Madhoun.
En el auto de la familia se encontró el cuerpo de Hind, junto con los demás miembros de su familia. Hasta la fecha no se sabe cuánto tiempo estuvo viva, pero fue asesinada.
“Estaban tan cerca”: El ejército israelí mató a los médicos que intentaban salvar la vida de la pequeña Hind Rajab, de 6 años de edad” titula Amy Goodman una entrevista sobre el caso que puede leerse en New Democracy
Lamentación de Dido
Guardiana de las tumbas; botín para mi hermano el de la corva garra de gavilán;
nave de airosas velas, nave graciosa sacrificada al rayo de las tempestades
mujer que asienta por primera vez la planta del pie en tierras desoladas
y es más tarde nodriza de naciones nodriza que amamanta con leche de sabiduría y de consejo;
mujer siempre s y hasta el fin que con el mismo pie de la sagrada peregrinación
sube –arrastrando la oscura cauda de su memoria-
hasta la pira alzada del suicidio.
ROSARIO CASTELLANOS Primera estrofa del poema del mismo título.