Viernes, marzo 29, 2024

Dermatopaniculitis deformante o celulitis

Pocos términos se prestan a confusión y generan más preocupación que la palabra celulitis. Esto obedece a que, en medicina, el sufijo “itis” quiere decir inflamación. Con el prefijo “celul” claramente puede imaginarse que celulitis es la inflamación celular; pero surge la pregunta en el sentido de determinar su una célula puede inflamarse en una forma privativa o individual.

Médicamente hablando, la palabra celulitis se refiere a una inflamación del tejido celular subcutáneo, generalmente como consecuencia de un proceso infeccioso, que abarca la porción más profunda de la piel. Las bacterias son los microbios principales que, penetrando y superando las barreras naturales del organismo, se reproducen rápidamente ocasionando una infección que se caracteriza por dolor intenso, enrojecimiento, incremento de la temperatura, aumento de volumen y complicaciones de grado variable donde sobresale la infección generalizada (o sepsis).

Los factores de riesgo que más frecuentemente la ocasionan son picaduras de insectos, mordedura de animales, rascado intenso secundario a procesos en los que se experimenta comezón, cirugías recientes, infecciones paralelas como las ocasionadas por hongos, quemaduras y heridas que son mal manejadas. Principalmente se origina en piernas, brazos o cara, aunque cualquier porción del cuerpo puede ser afectada.

Por la rapidez de diseminación o extensión, se trata de una verdadera urgencia médica y dermatológica, que debe ser tratada con base en antibióticos, que deben ser administrados por periodos no menores a diez días. Además, es importante la vigilancia estrecha para corroborar que las bacterias son sensibles a los medicamentos. Debido a la intensidad del dolor e inflamación, es fundamental ofrecer analgésicos y medicamentos para la hinchazón, con reposo y elevación en el caso de que el problema se presente en extremidades. Puede llegar a formarse un absceso que no es otra cosa más que la acumulación de líquidos, células “de defensa”, tejido muerto y bacterias que en su conjunto se denominan “el pus”, que es palabra masculina y no femenina, como erróneamente es considerada por muchos con una particular frecuencia.

Un absceso requiere necesariamente ser drenado para su rápida curación y evitar cualquier complicación. Ignoro las razones o las causas que llevaron a denominar como “celulitis” a un problema de la piel que médicamente se debería llamar Dermatopaniculitis deformante, caracterizado por depósitos de grasa en forma de cavidades que se sitúan precisamente en la parte más profunda de la piel. Principalmente ubicadas en muslos, caderas y glúteos, puede percibirse a simple vista en forma de orificios de tamaño variable que constituyen un verdadero terror para todas las mujeres.

Aunque erróneamente se asocia a la obesidad, es una realidad que cualquier persona puede padecerla, incluyendo hombres o mujeres delgadas. Una de las causas que se ha propuesto como factor determinante para padecer este problema gira alrededor de la presencia de unas fibras ricas en una proteína denominada colágeno, que “conectan” la grasa con la piel y le permiten un cierto grado de estiramiento y elasticidad. Una disminución en esta sustancia, condiciona una ruptura o desgarramiento que genera la característica ondulación, falta de uniformidad y aspecto propio de esta anomalía de la piel.

Aunque se ha sospechado que la genética juega un papel determinante, la realidad es que muchos factores son los condicionantes, sobresaliendo las alteraciones nutricionales típicas en las dietas extremadamente estrictas, cambios hormonales, deshidratación y falta de actividad física.

Aunque en el mercado existen productos que proponen una solución al problema, es indudable que, hasta la fecha no exista algo definitivo. Curiosamente, esta circunstancia no es tomada en cuenta como una enfermedad en el sentido estricto de la palabra, pues por su frecuencia y debido a que no se asocia a problemas que pongan en riesgo la vida, difícilmente puede considerarse una patología; sin embargo, no es por demás reflexionar sobre algunos factores que pueden reconocerse como protectores y que son: consumir una alimentación abundante en frutas, verduras y fibra; ingerir una adecuada cantidad de líquidos; hacer ejercicio todos los días; mantenerse en un peso adecuado y constante; no excederse en bebidas alcohólicas y no fumar; sin embargo, no hay algo que definitivamente se haya reconocido como totalmente curativo ni plenamente preventivo. Lo más importante entonces, simple y llanamente, no dejarse engañar.

La Dermatopaniculitis deformante erróneamente denominada celulitis es algo que cosmetológica y médicamente, escapa de nuestro control, por lo menos, hasta la actualidad.

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