En la edición de ayer de este medio informativo cuestionamos y caracterizamos la declaración de la secretaria de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial (SMADSOT), Norma Angélica Gálvez Sandoval, como desafortunada, al declarar que Granjas Carroll de México S.A. de C.V. “no contamina ni ha contaminado el agua ni la tierra”. Hoy corroboramos que la afirmación es infundada, ya que la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) ha sancionado a dicha empresa, ubicada en la región de Libres–Oriental por daño al medio ambiente, ya que desde 2022 se mantienen procesos que han derivado en multas, lo que contradice la versión de la titular de la SMADSOT.
Hasta este momento desconocemos la magnitud de las sanciones, ya que la Profepa, para poner a disposición los expedientes, cobra un precio no menor, aunque en respuesta a la solicitud de información 330024424001306 se revela que en 2022 la Subprocuraduría de Inspección Industrial, a través de la Dirección General de Inspección de Fuentes de Contaminación, y la Oficina de Representación de Protección Ambiental en Puebla, hicieron dos inspecciones a la empresa porcícola, y en ambos procesos el resultado derivó en multas, lo que podría implicar la reincidencia, a diferencia de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la SMADSOT, que no han realizado visitas a la empresa porcícola, declarando incompetencia para inspeccionar industrias.
El derecho a la información que la ciudadanía debería tener se ve restringido así por los costos de reproducción y a los lineamientos generales en materia de clasificación y desclasificación de la información para la elaboración de versiones públicas, según la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública (LGTAIP), que indudablemente debería revisarse, más ahora que desaparece el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), aunque no sus funciones.
Además, en un caso tan grave como la contaminación y sobreexplotación de la cuenca Libres–Oriental por la industria y la agroindustria de la zona, específicamente el complejo porcícola, que ha sido denunciado por los productores y pobladores de la región como uno de los principales responsables del infierno ambiental que se ha construido, el acceso a la información debería ser gratuito.