En una entrevista con La Jornada de Oriente (JO), el exdiputado local y expresidente municipal de San Pedro Cholula, José Juan Espinosa Torres (JJ), anunció su retorno a la vida pública de Puebla luego de un autoexilio que el político izquierdista atribuye a la persecución que sufrió por parte del fallecido gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta y de pasó reveló que prepara una denuncia por daño moral en contra del diputado panista Mario Riestra Piña por haber formulado una querella en su contra basada en infundios para servir a los intereses del extinto mandatario estatal morenista.
Espinosa Torres fue entrevistado la noche del pasado domingo por el periodista Fermín Alejandro García Hernández en el estudio de esta casa editorial. El diálogo completo puede ser consultado en el canal de youtube y la página de facebook de esta casa editorial.
En la parte más interesante de las develaciones, Espinosa Torres dijo que en 2018, cuando su entonces esposa, la hoy priista Nancy de la Sierra Aramburo, era candidata al Senado de la República por la izquierda y Mario Riestra Piña era su contendiente abanderado por el Partido Acción Nacional (PAN), el panista tramitó una denuncia contra la primera por el delito de enriquecimiento ilícito que alcanzó al político cholulteca.
Al final, según el entrevistado, Nancy de la Sierra asumió el escaño y José Juan Espinosa hizo críticas a Barbosa, las cuales eran aumentadas y distorsionadas por personas de izquierda que formaban parte del entorno cercano del entonces titular del Poder Ejecutivo estatal, lo que provocó el inicio de la persecución.
Barbosa Huerta se alió con Mario Riestra, afirmó Espinosa Torres, y a cambio de que reactivara la denuncia por enriquecimiento ilícito en contra del exedil izquierdista, lo hizo ganar en la contienda de 2021 sobre el morenista, René Sánchez Galindo, cuando ambos disputaban la diputación federal.
Por ese motivo, José Juan Espinosa Torres adelantó: “Ya estamos preparando el denunciar por daño moral a Mario Riestra”.
El autoexilio
“Esta es la primera entrevista que doy después de estos casi tres años de exilio: estuve un año fuera del país. Primero estuve en Estados Unidos, luego viajé a Guatemala, de Guatemala viajé a Costa Rica, de Costa Rica, Panamá y por último estuve en Canadá. De ahí, regreso al país en noviembre, exactamente hace dos años, casi dos años. Llego al estado de Veracruz y he estado trabajando, viviendo muy cerca de Puebla y en lo que fue una clara persecución, un exilio, un destierro, resultado de un papel que no era la primera vez que yo jugaba como diputado local”, manifestó en la entrevista.
Y añadió: “Tres veces he sido diputado local, pero nunca me imaginé que el poder se usara para esto, para callar, para censurar, para hacer no solamente de un ciudadano, sino de un diputado en funciones objeto de ataques que me obligaron, y lo tengo que decir, a salir del estado de Puebla, porque lo que estaba en riesgo también era mi vida y no solamente la mía, sino la de mi familia. Fueron tres años muy difíciles, pero aquí estoy, con la frente en alto, mirándolos a los ojos y muy contento de poder platicar contigo. Además, en un periódico que se ha caracterizado por ser de los pocos medios de comunicación libres de corte progresista de izquierda. Y me da mucho gusto estar contigo en esta noche”.
Luego contó sobre la persecución política: “abrieron carpetas de investigación con el objetivo de callarme, de censurarme y yo salgo en el mes de noviembre, hace tres años a la Ciudad de México y nunca más. Bueno, en estos tres años nunca regresé al estado de Puebla. Hubo mensajes directos en el sentido de que si yo quería defenderme, como lo hice en ocasiones anteriores, cuando empezaron estos ataques, como lo hice cuando Rafael Moreno Valle, me quiso desaforar, como lo hice cuando me opuse a varias políticas públicas en el gobierno de Mario Marín. Pero en esta ocasión, pues los mensajes fueron directos en el sentido de que si yo me defendía, si yo ejercía mi derecho de réplica, si yo acudía acompañado de abogados a la Fiscalía, para aclara mucho de lo que se dijo, iba a ser privado de mi libertad y se me dijo que en la cárcel muchas cosas podían pasar y en esos meses pasaron episodios al interior del Cereso de San Miguel, donde varios servidores públicos perdieron la vida y fueron mensajes muy claros en el sentido de que si no acataba yo estas amenazas, si no atendía yo estas amenazas, pues estaba en riesgo la vida misma”.
Espinosa Torres apuntó: “Mi pecado para el nuevo grupo en el poder fue ser autocrítico, decir las cosas como son. Me opuse al cambio de placas, me opuse al incremento de las tarifas de transporte público, señalé la corrupción que había en los centros de reinserción social del estado de Puebla, señalé la corrupción en la compra o venta de mil 400 camionetas. En fin, no hice nada que no fuera mi trabajo como legislador en un sistema de pesos y contrapesos que lamentablemente hoy se ha vulnerado y donde pareciera que no hay derecho a disentir o a pensar o a pensar diferente. Eso fue lo que trajo como consecuencia esta persecución, este exilio, este destierro. Y regresé al país cuando se dio un acuerdo en el sentido de que si yo quería estar cerca de mis hijos, cerca de mi familia, podía estar en territorio nacional siempre y cuando no pisara el estado de Puebla o hiciera política.
JO–¿Con quién hiciste ese acuerdo?
JJ–Bueno, ese acuerdo lo hicieron a través de senadores amigos. El senador Ricardo Monreal fue quien le dio seguimiento a una serie de pláticas con el exgobernador Miguel Barbosa Huerta y fue él el que me comentó que podía yo regresar al territorio nacional, pero que tuviera cuidado y que atendiera esta recomendación.