Ayer se realizó el foro Verdaderas Soluciones a la Catástrofe del Río Atoyac, en la Casa de Lectura Gilberto Bosques del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de Puebla, durante el cual se hicieron críticas al Plan Nacional Hídrico 2024–2030, que expresan una genuina preocupación por las acciones que se emprenderán para el saneamiento del río Atoyac, que es uno de los cuerpos de agua más contaminados del país.
A decir de Alejandra Méndez Serrano, directora del Centro Fray Julián Garcés de Derechos Humanos, el plan “es lo mismo de siempre”, pues no ofrece soluciones integrales para la limpieza del río que recuperen una visión de cuenca y se sigue considerando a las plantas de tratamiento como el principal factor de limpieza, a pesar de que estas solo han servido para generar negocios millonarios frente a la persistencia de la contaminación.
Por su parte, Andrés Barreda Marín, quien en el pasado sexenio fue coordinador de Programas Nacionales Estratégicos de Agua y de Agentes Tóxicos y Procesos Contaminantes, realizado por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología (Conahcyt) para conocer con certidumbre científica las causas de la contaminación del río Atoyac, aseveró que este estudio no debe ser desechado por el gobierno federal actual, no solo por la labor de decenas de investigadores que se abocaron durante años a su elaboración, sino porque se ocuparon recursos públicos para llevarlo a cabo, además de que resultaría un despropósito pretender generar una solución ignorando los muchos análisis y diagnósticos existentes desde hace al menos dos décadas.
Los activistas e investigadores coincidieron en que todo programa de saneamiento que se quiera implementar para el río Atoyac debe contar forzosamente con la participación de los pueblos y comunidades que han sido mayormente afectados y que desde hace años vienen denunciando y luchando frente a los desechos industriales y municipales que han contaminado las fuentes de agua y generado la sobreexplotación de los acuíferos.
En lo que se conoce hasta ahora del Plan Nacional Hídrico no aparece la participación de las comunidades en las soluciones integrales que se están proponiendo, por lo que las demandas expresadas en el foro deben ser escuchadas, retomadas e incorporadas a la propuesta federal y a los programas que de ella se deriven.