Datos en la Secretaría de Desarrollo Rural (SDR) revelan que los agaves que se han entregado en el programa de “Impulso Agave Mezcalero”, provienen de Oaxaca y han sido repartidas en 116 municipios que cuentan con la Denominación de Origen Mezcal en Puebla.
El programa lanzado por el gobierno de Puebla, iniciativa que en su proyecto ejecutivo busca “llevar el mezcal de Puebla a nuevos horizontes tanto a nivel nacional como internacional basado en fortalecer la identidad cultural de la región” se ha basado la distribución de los cultivos del estado vecino, de acuerdo con la respuesta a la solicitud 210423423000053.
El programa que ha sido acusado de agudizar el saqueo desmedido de agave en la Reserva de la Biósfera Tehuacán–Cuicatlán –haciendo crecer exponencialmente a saqueadores de maguey silvestre que lo roban los bienes comunales– ahora suma el señalamiento por el reparto de maguey proveniente de otras entidades, poniendo en riesgo mayor la diversidad de especies de la reserva como nunca en la historia.
Misivas y oficios dirigidos al gobierno federal y al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, alertan por el fracaso del diseño de programa, entre ellas, el reparto de maguey proveniente de otras entidades, la siembra en terrenos no agrícolas y el exterminio y la vegetación nativa y endémica de la Reserva de la Biósfera Tehuacán–Cuicatlán.
De Oaxaca para el mundo
De acuerdo con el Oficio SDR/DJ/UT-SISAl/094/2023, la SDR justifica la procedencia legal de la planta de agave o la materia prima para la producción de mezcal repartidos en el programa de viveros provenientes de Oaxaca en un 90 por ciento.
Con el sello del Consejo Mexicano Regulador de la Calidad del Mezcal, consta el registro del vivero (4952) de Celso Arnulfo Reyes Manuel con el predio “Peña Negra” ubicado en el municipio de San Mateo Sindihui en el estado de Oaxaca, donde se tiene el registro del tipo de Maguey Tobalá acreditado con 600 mil plantas.
Del predio Yododine, también del vivero de Celso Arnulfo Reyes Manuel, se registran 500 mil plantas de agave potatorum, así como del predio “El Arrollo” se refieren 200 mil plantas de Maguey Tobalá –agave potatorum– y 150 mil de Maguey Espadilla –agave rodacantha–, todos con semilla de origen.
Otro más, el vivero con el registro 2349, también en Oaxaca está en el municipio de San Pablo Etla, en el predio Loma Noble de la localidad “Poblado de Morelos” fueron registradas 400 mil plantas de Maguey Tobalá, 950 mil plantas de Maguey Espadilla y 80 mil plantas de Maguey Chino –agave cupreata.
El único vivero en Puebla con registro Comercam 3799 que puede acreditar la legal procedencia, es propiedad de Alejandro C Lechga Burgoa y está ubicado en el predio San Pablo Centro en la localidad de San Pablo Tepetzing en Tehuacán. Registra 40 mil plantas de Maguey Tobalá, 400 mil agaves de Maguey Espadilla y 400 plantas de Maguey Espadin –agave angustifolla.
Piden investigar saqueo de agave y detener reparto
A mediados de 2023, el Comisariado de Bienes Comunales y el Consejo de Vigilancia de Zapotitlán de Salinas enviaron una misiva al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador en la que prácticamente suplican su intervención para investigar y detener el saqueo de agave silvestre en la Reserva de la Biósfera Tehuacán–Cuicatlán y alertan por el reparto de maguey proveniente de otras entidades por el programa “Impulso al Agave Mezcalero” porque propicia la siembra en terrenos no agrícolas y extermina la vegetación nativa y endémica.
“Esto no solo está ocurriendo en Puebla, es un problema que se está documentando en todo el país. Se están “trayendo y llevando plantas (agaves) y semillas en todo México, lo que es un problema muy serio, se están introduciendo plagas de una zona a otra”, sostuvo Alfonso Valiente Banuet, investigador del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El académico director del proyecto “El auge mezcalero y la deuda de extinción” sostuvo que en la región Tehuacán-Cuicatlán a la que se refirió como centro de alta diversidad biológica y cultural a nivel mundial, se están dando los pasos para destruirle, situándonos frente a una situación sin precedentes en la historia de este estado.
“Están promoviendo la destrucción de una región de muchísima importancia biológica, solo la diversidad de la flora es de las más altas del país, se estima que esa región concentra alrededor de 1 mil 500 plantas útiles, de las 7 mil que hay distribuidas en todo el país”, dijo.
El académico también se pronunció por la sobreexplotación de los agaves, plantas que mantienen relaciones de polinización con los murciélagos, que a su vez tienen una red de dispersión de semillas.
Alertó que en este “impulso al mezcal” también se está depredando la leña para cocer el agave y destilarlo, lo que se suma al escenario de desastre, pues en su ámbito natural los árboles protegen a las cactáceas, que se desarrollan bajo su sombra, y con su follaje sirven como plantas nodrizas.
“El saqueo de leña también impacta de forma exponencial a otras plantas, pues no solo se afecta a esa especie, sino la polinización de otras plantas y nuevamente a los animales polinizadores. “en algún punto hay un corte de extinción y el sistema se colapsa…se acabará con la capacidad de regeneración”.
Calificó como un grave error el desplazamiento y tránsito de agaves de una región a otra en un país que tiene 75 por ciento de los diferentes agaves que hay en el mundo, todo esto ocasionado por un mal proyecto detonado por la fiebre mezcalera
Valiente describió como “brutales” las repercusiones de la sobreexplotación de magueyes y los impactos ambientales del auge del mezcal por lo que recomendó frenar el reparto de agaves de otros estados y mantener la producción mezcalera de la región sin poner en riesgo, específicamente, la diversidad de especies de la Reserva.
No a los monocultivos
Alfonso Valiente Banuet asegura que puede producirse mezcal de forma controlada y ecológicamente responsable en Puebla. Lo sabe porque él mismo dirige un proyecto en el Valle de Tehuacán–Cuicatlán ( así como en varios estados del país) en el que se promueve la protección de la biodiversidad y la producción de mezcal artesanal.
En entrevista reveló el secreto: no promover, apoyar o incentivar los monocultivos de la planta del mezcal, desarrollar con los productores locales la producción de agaves con la lógica implacable: un porcentaje de estos cultivos debe quedarse en el campo para cuidar al máximo el ecosistema y los endemismos; el resto, para producir mezcal.
El investigador recordó la amarga experiencia que ha dejado en el país por la “fiebre tequilera”. Narró en entrevista como se optó por el monocultivo y se destruyó el ecosistema agavero casi completamente en el estado de Jalisco.
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