Al quedar fuera de la configuración territorial y política del Nuevo Mundo, Italia no es considerada protagonista en la historia de México ni en el devenir de América Latina, sin embargo, la curiosidad intelectual ha sido el estrecho vínculo entre ambos.
Ello, quedó asentado en el primero de cinco conversatorios del seminario virtual Italia-México: relaciones culturales desde la Conquista hasta la actualidad, en el que participaron una veintena de expertos.
En temas como la labor evangelizadora e intelectual de personajes venidos a las “nuevas tierras” desde la península itálica se nombraron a misioneros del siglo XVII, como el padre Eusebio Kino, el milanés Juan María de Salvatierra y Visconti, y el palermitano Francisco María Píccolo.
Asimismo, al historiador y anticuario Lorenzo Boturini, quien un siglo después se dio a la tarea de estudiar la cultura y la escritura de los naturales, logrando reunir un acervo de casi 300 piezas, entre las que se encuentra el manuscrito pictográfico más temprano sobre el periplo del pueblo mexica, la llamada Tira de la Peregrinación o Códice Boturini.
En el siglo XIX, las huestes insurgentes recibieron el apoyo de militares italianos, y lo mismo sucedería contra la Intervención Francesa y las dictaduras de Antonio López de Santa Anna y Porfirio Díaz.
A ambos países, además, los unen sus anhelos libertarios, como deja claro el tratado de amistad que signaron en 1855, en plena unificación de Italia.
México e Italia han afianzado lazos en diversas empresas, entre las que sobresalen las acciones encaminadas a la protección y restitución de bienes patrimoniales mexicanos.
Lo anterior a través del Centro Internacional de Estudios para la Conservación y la Restauración de Bienes Culturales, del Comando Carabinieri para la Tutela del Patrimonio Cultural, o de expertos de la Universidad Roma Tre, en la rehabilitación de templos y exconventos gravemente afectados por los sismos de 2017 en los estados de México, Morelos y Puebla.
Ambos países son superpotencias culturales, distantes geográficamente, pero vinculadas por la sensibilidad artística y cultural, y la curiosidad intelectual, al ser herederas de civilizaciones milenarias.