Jueves, abril 25, 2024

Fernández Fuentes: el Cupreder trabaja para recuperar lo comunitario de las poblaciones

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Vinieron de la Sierra Norte y de la zona Oriente, de las faldas del Popocatépetl y la llamada Sierra Nevada, además de la zona aledaña a la Malinche y del propio corazón de la ciudad. Lo mismo técnicos que científicos, académicos, gestores, ex funcionarios públicos, directivos universitarios, líderes sociales, pobladores y portadores de las tradiciones locales, reconocieron y aplaudieron la labor que durante 25 años el Centro Universitario para la Prevención de Desastres Regionales (Cupreder) de la UAP ha realizado en sus comunidades.

Todos coincidieron en un par de aspectos: la aportación científica y técnica que cada uno de sus múltiples proyectos -como el primer Plan de preparativos de la emergencia del volcán Popocatépetl o el Reordenamiento de Cuetzalan- ha tenido en sus comunidades y, sobre todo, el impacto social y humano que el Cupreder y sus miembros han mostrado hacia las poblaciones.

Este lunes 24 de febrero, el Cupreder cumplió 25 años de fundación y trabajo. El centro se gestó a raíz del nuevo periodo eruptivo del volcán Popocatépetl registrado el 21 de diciembre 1994, cuando se vio la necesidad de crear una dependencia universitaria que atendiera el problema en las comunidades cercanas al volcán.

 

Fue el 9 de febrero de 1995 cuando el Consejo Universitario de la UAP acordó su creación para fundarse el 17 de febrero de 1995 como una unidad académica multidisciplinaria con tareas que abarcan temas como el territorio, los desastres, el agua y los volcanes.

En el acto, el director del Cupreder, Aurelio Fernández Fuentes señaló que para enfrentar el manejo de desastres, el deterioro brutal del medio ambiente que tenemos y la degradación social, atrás de todo está un problema de degradación de las organizaciones comunitarias, del ejido y de la cultura.

“Eso es lo que en el Cupreder queremos ahora: contribuir a recuperarlo. Por eso hemos trabajado y todavía lo podemos hacer, en Cuetzalan, al lado del Cotic. Por eso nos quedamos en Cuautomatitla donde dijimos que habrá una asamblea… pues nos dieron un ejemplo de organización social comunitaria extraordinaria.

“Por eso Nealtican donde hay ahora una organización muy buena, Calpan o las organizaciones como la 28 Octubre, que son un ejemplo de resistencia y de organización y de democracia”, señaló rodeado de los miembros del Cupreder.

Por tanto, afirmó que la tarea que el Cupreder se plantea es “estimular y exaltar esas organizaciones y esas acciones comunitarias para que las propias comunidades vayan resolviendo sus problemas y no esperen la voz celestial del científico que resuelve todos los problemas desde el escritorio sin entender nada”.

 

Entre sus tareas, el Cupreder ha informado a la población sobre los peligros volcánicos a la población afectada; a la par de estudiar temas sociales y naturales para comprender peligros, vulnerabilidades y determinar riesgos; participar con más de mil universitarios en programas de prevención, información y evacuación en las zonas aledañas al Popocatépetl entre 1996 y 1998; elaborar el primer Plan de preparativos de la emergencia del volcán Popocatépetl; realizar el primer proyecto Gregorio, primer estudio sobre vulnerabilidad social en la zona de peligro con el apoyo de Conacyt; a la par de construir el programa regional de ordenamiento ecológico y por riesgo eruptivo de 40 municipios de los tres estados que rodea la Sierra Nevada, el primer instrumento de prevención estructural de riesgos en el país.

Asimismo, el Cupreder realizó el programa de Ordenamiento de Cuetzalan referente nacional en temas urbanos y ecológicos, retomado por el gobierno federal en el proyecto integral de desarrollo de la península de Yucatán. Otros reordenamientos fueron en Tlatlauquitepec, Yaonáhuac, Zoquiapan, Tuzamapan de Galeana, Cuautinchan, Tecamachalco.

 

Desde 1997, además, han respondido a desastres en Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Yucatán, así como en las lluvias que afectaron la Sierra Norte de Puebla en 1999 y tras los sismos que dañaron Puebla en 1999 y 2017; participaron en la reconstrucción de más de 100 casas con modelos sismo resistentes en Cuautomatitla y estimularon la reconstrucción del tejido social con la construcción de un Centro de integración universitaria, realizado al lado del Centro Universitario de Participación Social, el CUPS.

En el caso del agua, el Cupreder ha atendido el problema con análisis, discusiones y soluciones como lo han sido la captación de agua de lluvia como se hizo en cuatro unidades académicas de la UAP.

Otras intervenciones han sido el desarrollo y diseño de la carrera en Gestión biocultural del territorio en Cuetzalan; el informar a los medios de comunicación sobre aspectos como la meteorología y el comportamiento del Popocatépetl; y el generar conocimiento en foros y publicaciones académicas.

En suma, en 25 años su labor ha contribuido a comprender los procesos territoriales y a proponer soluciones que corrijan las tendencias negativas que afectan al medio ambiente y a quienes lo habitan.

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