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En 2019 Puebla ocupó el cuarto lugar en el país con la mayor cifra de defunciones fetales, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Los registros reportan mil 426 fallecimientos en esta entidad, que equivalen al 5.9 por ciento de los 23 mil 868 ocurridos en México.
En mil 255 casos hubo atención prenatal, en 135 no existió y en 32 se desconoce el dato.
En el Estado de México fueron 4 mil 606 decesos fetales, 2 mil 250 en la Ciudad de México y mil 562 en Guanajuato.
La tasa nacional de embarazos que terminaron en muerte fetal por cada 10 mil mujeres en edad fértil es de 7.
Las entidades federativas que presentan las tasas más altas son Aguascalientes, con 10; mientras que en el estado de México y San Luis Potosí es de 9.6.
En cambio, las más bajas se registran en Sinaloa, de 3.6; Guerrero, 4; y Oaxaca, 4.3.
De acuerdo a la información obtenida por el Inegi, las principales causas de muerte fetal son, en 43 por ciento, las que tienen que ver con las afectaciones que tuvo el feto por factores maternos y por complicaciones del embarazo, del trabajo de parto y del mismo parto; otro 31 por ciento es consecuencia de trastornos originados en el periodo perinatal.
83 por ciento de mujeres recibieron atención prenatal, en tanto que 13.3 por ciento no la tuvo y el 3.7 por ciento no especificó.
Asimismo, en 7 mil 518 casos de muertes fetales, la escolaridad de las madres era de secundaria concluida.
De las que asistieron a consulta médica, 64.2 por ciento recibieron entre una y cinco, 29.5 por ciento, entre 6 y 10; 2.7 por ciento tuvo entre 11 y 15, 0.7 por ciento entre 16 y 20, y solo 0.1 por ciento recibió más de 20.
2 mil 969 mujeres que tuvieron un embarazo que terminó en la muerte del producto reportaron no estar afiliadas a servicios de salud.
El Inegi también registró que las muertes fetales tardías (de 28 o más semanas de gestación) representaron el mayor número de casos, con 9 mil 387; seguida de las precoces (de 12 a 19 semanas), con 6 mil 029; y las intermedias (de 20 a 27), con 8 mil 435.
El mayor número de muertes fetales se registró en fetos cuyo peso al nacer fue de 14 a mil gramos. Por el contrario, la menor cantidad de casos correspondió a fetos con peso de 4 mil 1 a 5 mil gramos.