El sistema de salud pública del IMSS–Bienestar en Puebla, la apuesta del gobierno federal para dar asistencia sanitaria a más de 3 millones de personas en el estado, ha empezado el año con tropiezos: con más de 10 hospitales sin servicio de quirófano y un grave desabasto en medicamentos, insumos y equipo médico, de acuerdo con información de sindicatos oficiales e independientes, así como de familiares que han tenido que desembolsar de mil 500 a 10 mil pesos por paciente a falta de fármacos en hospitales públicos.
Te recomendamos: A año y medio del IMSS–Bienestar, Puebla reporta retención de 378 plazas y abasto de 50% en medicamentos
El responsable de la coordinación a nivel nacional del IMSS–Bienestar, Alejandro Svarch Pérez, reveló que identificaron 99 hospitales en el país que carecen de quirófano, de los cuales al menos 10 se encuentran en Puebla.
Esta decena de nosocomios que atienden población en situación de vulnerabilidad se concentra en la Sierra Norte, la Mixteca y el área metropolitana, los cuales además presentan “falta de personal quirúrgico, equipamiento o problemas en infraestructura”.
El pasado jueves, Svarch Pérez estuvo en Puebla para hacer una supervisión del avance del proceso de transición al modelo IMSS–Bienestar, donde fue increpado por trabajadores del Hospital General del Sur por la carencia de medicamentos y la retención de 378 plazas en la entidad.
El compromiso que hizo público el funcionario ante el grupo de trabajadores fue regresar más seguido a la entidad, para ir dando acompañamiento al resolutivo de demandas laborales y carencias en el servicio.
A inicio de año, cuatro hospitales en Puebla denunciaron públicamente la falta de recursos para dar atención a los pacientes en servicios de nutrición, carencias que se sumaron a la incapacidad para llevar a cabo cirugías por falta de insumos y combustibles.
Se trató de los hospitales General de Tehuacán, Huejotzingo y Teziutlán, así como el de la Mujer y Neonatología, ubicados en regiones que congregan la mayor población de la entidad, después de la capital y la zona conurbada.
Esta realidad que ha sido expuesta por trabajadores, sindicatos y familiares que tienen que vivir un “Calvario” para que sus enfermos sean atendidos, dista mucho de la postura que ha asumido el gobierno del estado de Puebla en los últimos meses.
Desde la administración de Sergio Salomón Céspedes Peregrina se afirmó que el avance en la transición del sistema de salud estatal al nuevo modelo federal era de 80 por ciento, tras la firma del convenio en agosto de 2023.
A año y medio de que el gobierno de Puebla cedió el control de 742 unidades médicas a la Federación, no se han visto mejorías en el servicio de salud en el estado, por el contrario, se generó una crisis en la atención médica y el abasto de medicamentos.
A pesar de ello, el delegado del IMSS–Bienestar en Puebla, Gerónimo Lara Gálvez, ha mantenido el discurso que existe un avance de 60 por ciento en la transición de los inmuebles que tenían a cargo los servicios de salud del estado a la Federación, debido a que varios se encuentran en proceso de escrituración.
Mientras que en la parte del abasto de medicamentos e insumos, afirma que es de 70 por ciento, contrario a lo que ha denunciado la base trabajadora.
Registran hospitales grave desabasto de medicamentos
Dirigentes sindicales oficiales e independientes, consultados por La Jornada de Oriente, coincidieron en que la transición al Organismo Público Descentralizado (OPD) IMSS–Bienestar ha llevado a las unidades de salud a encontrarse en una situación más crítica de la que venían arrastrando años atrás.
Lee también: Persiste desabasto de medicamentos del 40 % en los hospitales de la Ssa de Puebla
Afirmaron que se ha incrementado el desabasto de medicamentos en hospitales y centros de salud públicos, a partir de que entró en operación el IMSS–Bienestar en el estado de Puebla, lo que ha generado que familiares de pacientes tengan que pagar hasta 10 mil pesos para surtir recetas o comprar materiales.
El dirigente del Movimientos de Trabajadores de la Secretaría de Salud (Motrasesa), Miguel Ángel Uriarte Serrano, afirmó que el problema deriva de que el gobierno federal realizó compras consolidadas, es decir, que hizo pedidos de medicamentos para todas las instituciones de salud, incluyendo al IMSS e ISSSTE, pero no hay empresa que pueda abastecer con inmediatez.
Aseguró que esta situación llevó a que una receta con tres medicamentos, en el mejor de los casos, solo se abastezca uno.
Según sus estimaciones, hasta agosto próximo podría regularizarse el suministro de medicinas.
En tanto, el secretario general del Sindicato Mexicano de Trabajadores de la Salud (Simesa), Daniel Méndez Tapia, agregó que en el Centro de Salud con Servicios Ampliados (CESSA) de San Gabriel Tetzoyocan, en Yahualtepec, donde labora, anteriormente mandaban en promedio 100 cajas de paracetamol al mes, y en la actualidad es de máximo 10.
Reveló que en la misma unidad también cuentan con dos esterilizadores dentales que no sirven, mientras el aparato de rayos X no se ocupa porque falta un regulador.
Desde hace un año, informó que tampoco se suministran gasas ni guantes al dentista, por lo que sus compañeros de otras áreas le comparten o llega al extremo de pedir a los pacientes que los compren para poderlos atender.
Además, el mismo centro de salud -que atiende a una población de más de 9 mil personas- no ofrece consulta por las tardes, debido a que para ello necesitarían al menos dos médicos.
Por su parte, el líder del Sindicato de Trabajadores de la Salud de la República Mexicana, José Luis Aguirre, comentó que la escasez que se vive en hospitales y centros de salud deriva de que las autoridades del IMSS–Bienestar en Puebla no hacen las gestiones necesarias para que se liberen los insumos.
Si bien la situación siempre ha sido precaria, sostuvo que desde que entró en operación el nuevo modelo de salud se ha agudizado la crisis en los hospitales, pues no se está planeando ni se está solicitando el margen de 15 por ciento más del medicamento estimado, impidiendo que no haya reserva de fármacos.
Puedes leer: Falta de medicamentos y personal, el reto que enfrenta el penal de San Miguel en Puebla: directivo
Problemas, es por “reciclaje” de funcionarios ineficientes
Para Damián Córdova Ortega, secretario general del Sindicato Independiente Nacional de Salud (SINS), los problemas que se viven con el IMSS–Bienestar derivan del “reciclaje” de funcionarios ineficientes, que perpetúan las malas prácticas.
“El reciclaje de funcionarios lleva a no funcionar un programa, que, a lo mejor, en esencia y principio es bueno. Aquí la situación es la deficiente operatividad”, precisó.
Algunos funcionarios, acusó, tienen manías, conexiones, redes y complicidades que dificultan el buen funcionamiento del nuevo modelo, lo que ha llevado a que falten no solo materiales y medicamentos, sino desde hojas hasta impresoras y formatos, por lo que es frecuente que de estos últimos solo se saquen copias.
Comentó que hay centros de trabajo en los que el personal se tiene que cooperar para comprar el papel para el electrocardiógrafo y otros insumos, para garantizar el servicio.
Hasta 10 mil pesos pagan familiares por medicinas y material de curación
La serie de carencias que enfrentan los hospitales del IMSS–Bienestar en Puebla afecta principalmente a quienes menos tienen.
Hay personas que desembolsan desde mil 500 hasta 10 mil pesos para pagar medicamentos a sus familiares en hospitales públicos, confirmó el mismo personal de salud que expide las recetas.
Los trabajadores expusieron que contrario al discurso público de las autoridades, las personas tienen que comprar lo más indispensable, como son sueros y medicinas para el dolor.
En el Hospital General del Sur, José Ramírez y sus hermanos han gastado alrededor de 4 mil pesos en farmacias privadas. No se quejan de la atención, pero sí de que siendo uno de los nosocomios más importantes de la entidad, registre un alto nivel de escasez.
En ese mismo lugar, la hija de Martín Flores, originario de Tecamachalco, dio a luz. Durante dos días de estancia, gastó 2 mil pesos en medicinas, sueros y leche para su nieta que estaba en la incubadora.
La situación en el Hospital General de Cholula es la misma. Daniela Rodríguez llevó a su hija embazada, pero el parto se complicó y estuvo en terapia intensiva.
Durante la estancia, pagó 3 mil pesos por pastillas y sueros. Incluso después de haber egresado del nosocomio, no le hicieron curación porque no había material.
Jimena Robles ingresó a su hermano con diabetes. Compró cinco sueros para que se los suministraran, así como paracetamol y otros medicamentos. La cuenta ascendió a mil pesos.
También se quejó del mal servicio porque, aunque el paciente comentaba que tenía fuerte dolor de cabeza, no le hacían caso.