El rescate de las áreas de protección ecológica para evitar que sean depredadas por desarrollos urbanos va en serio y con profundidad, a tal grado que para finales del este año se tendrá listo el andamiaje jurídico para crear un corredor biológico entre la sierra del Tentzo, la zona de Valsequillo, el parque Flor del Bosque, junto con los bosques que están al costado, y que terminaría hasta la región de Tehuacán, en la reserva de biosfera de Cuicatlán.
Este proyecto del gobierno del estado, que lo lleva acabo la Secretaría del Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial, contrasta con la intención que hubo de Rafael Moreno Valle Rosas de arrasar con los bosques del Tentzo y de Flor del Bosque para generar ambiciosos proyectos inmobiliarios.
En particular, Moreno Valle modificó el parque estatal Flor del Bosque, al que remodeló y lo convirtió en un vulgar centro de juegos mecánicos, además de mandar a enjaular indebidamente a muchos de los animales que ahí habitan y anular un cuerpo de agua que usaba la fauna para hidratarse. Todo eso lo hizo para que se empezaran, poco a poco, a construir nuevos fraccionamientos.
A la par, los ayuntamientos de Puebla y Amozoc, en el periodo posterior a la gestión de Moreno Valle, aprobaron múltiples cambios del uso de suelo en las zonas aledañas a Flor del Bosque, para que particulares pudieran fraccionar miles de lotes.
En particular el tema del cambio de los usos de suelo prendió lo focos rojos en el gobierno estatal desde hace tres meses, por lo que se empezó a trabajar en una alternativa de rescate, que sería la siguiente:
En las alrededor de 680 hectáreas del parque estatal Flor del Bosque se va a cambiar de categoría y se intentará convertir en un área Destinada Voluntariamente a la Conservación, que es conocida como una ADVC, que son polígonos bajo la vigilancia de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, que da mayor seguridad jurídica para garantizar su supervivencia, pues interviene en su regulación el gobierno federal, junto con quienes ceden esos espacios.
Una ADCV se crea porque un particular, una entidad pública, una comunidad indígena, una organización social o una persona moral o física, decide aportar áreas naturales para que sean preservadas y protegidas. Quien entrega la zona, queda obligado a contribuir a su protección.
En el caso de Flor del Bosque, será el gobierno del estado de Puebla la entidad pública que aporte las áreas para su protección.
En el país hay actualmente 354 ADCV, en 28 estados del país, que generan una protección de 354 mil hectáreas de zonas de preservación ecológica.
Puebla tiene una enorme pobreza en ese rubro, que ya solamente tiene 5 ADCV, a diferencia de Oaxaca, Tlaxcala, Veracruz y Guerrero, que tienen muchos polígonos con ese sistema de protección.
Las ADVC de Puebla son: Kolijké en Zihuateuhtla, Cacalotepec en Xicotepec de Juárez; Ozuma y Cuahuloma en Huayapan; el Campanario en Chautla de Tapia y Palos Caídos, en Zacatlán.
La intervención no termina ahí. El proyecto abarca crear un corredor biológico que iniciaría en la sierra del Tenzo, seguiría en el área de la presa de Valsequillo, continuaría hasta Flor del Bosque y tal vez mil hectáreas de bosques de encino que están a un costado, para concluir hasta la región de Cuicatlán, en Tehuacán.
¿Qué es un corredor biológico? Es un área extensa de franjas con vegetación abundante y sobre todo fauna silvestre, que requieren que dos o más regiones sean unidas para el traslado natural de animales y estos puedan desarrollarse.
Es un reto importante, porque entre todos esos lugares ya hay muchas urbanizaciones, rejas y vialidades, entre otros muchos obstáculos. Sin embargo, es un esfuerzo encomiable que nunca antes se había hecho.