Yalitza Aparicio participó hace unos días en dos eventos en la ciudad de Mérida en el estado de Yucatán, uno denominado Gente Nueva, organizado por la Universidad Anáhuac del Mayab y también en la Cumbre de Mujeres Líderes Latinoamericanas. En ambos casos, Yalitza habló sobre su participación en la multipremiada cinta Roma de Alfonso Cuarón y otros asuntos relacionados con la temática de la película y la sociedad en México en general. Sin embargo, la nota la dio en una conferencia de prensa que dio previo a ambos eventos donde aprovechó para realizar declaraciones por demás controversiales, especialmente en un estado tan conservador como Yucatán. “En su intervención –según reporta el diario yucateco El Imparcial–, la protagonista de Roma, señaló que las mujeres de comunidades indígenas se enfrentan al machismo, la violencia y la discriminación en su entorno cotidiano. (…) Sobre la reciente aprobación del matrimonio igualitario en Oaxaca, Aparicio reconoció a sus amigos de la comunidad LGBT, quienes, dijo, son buenos ejemplos de cómo un matrimonio con personas del mismo sexo puede ser incluso mejor que uno ‘tradicional’; además señaló que los diputados de Yucatán deberían ‘reconsiderar’ la derogación del matrimonio del mismo sexo”. A su vez, celebró la reciente despenalización del aborto en Oaxaca pues, como ella misma afirma según recoge el mismo diario, “Siempre he dicho que desde mi forma de pensar la despenalización es correcta, porque hay mujeres que sufren de abuso sexual y a veces son mujeres que son niñas que realmente tienen el derecho de elegir si van a tener al niño o no”. Por supuesto sus declaraciones levantaron ámpula y como dice burlona una nota del diario Plaza Grande, los organizadores de Gente Nueva se infartaron al escucharla. Por supuesto, he de decir que coincido plenamente con ella y que las reacciones de los grupos más conservadores en su contra fueron enteramente lógicas; terribles, criticables, incluso peligrosas, pero lógicas.
De hecho, Francisco Yazberth Cano Aíl, un joven y acelerado líder del Consejo Nacional de Estudiantes capítulo Yucatán, organización perteneciente a la Acción Juvenil del Partido Acción Nacional, publicó en redes sociales que a quien debieran haber abortado es a la misma Yalitza. Poco tiempo después, producto de las presiones de su propia organización, renunció al Consejo. Por supuesto que me pareció lo mínimo que debía hacer el susodicho, especialmente porque su comentario denota intolerancia, burla, encono, y un claro conservadurismo. Sin embargo, he de decir que, pensándolo bien, su renuncia es un despropósito total. En efecto, Cano fue presionado por el secretario de Acción juvenil, Alan Ávila Magos, pues según reporta el portal Animal Político, pidió su renuncia ya que “sus irresponsables comentarios en redes sociales no representan la doctrina y la identidad de nuestro partido”. Y debo decir que eso es mentira, ¡claro que los representa! El haber removido a Cano denota más que una acción políticamente correcta, una hipocresía detestable por parte de Acción Nacional, ariete político del conservadurismo mexicano más católico e intolerante –el Yunque–, partidario de agrupaciones como ProVida, y representante de los enemigos de la llamada “ideología de género” concepto en que mezclan la gimnasia con la magnesia. No, al igual que tienen los arrestos para hacer una publicación como esa, debieron dejarla lo mismo que al representante que la produjo, para que todos viéramos claramente cuál es su postura: intolerante, agresiva, retrógrada. Y claro, aceptar como los machos que dicen que son las críticas que recibirán. Después de todo, creen fervientemente en la penalización del aborto y en la prohibición del matrimonio igualitario ¿o no?
Como sea, es evidente que el conservadurismo más recalcitrante sigue vivo en nuestro país y poco a poco genera más adeptos. Es más, vale preguntarse si el incremento de feminicidios en los últimos años no tiene que ver con una franca reacción del patriarcado, sus agentes y sus acciones a la progresiva participación de la mujer en la vida social del país; de igual manera en contra de su creciente independencia, incluida su demanda por decidir sobre su cuerpo como le plazca. Ciertamente Cano es apenas la punta del iceberg de la expresión conservadora en nuestro país. Baste ver los comentarios a la nota publicada por El Imparcial… acá una pequeña muestra nada más: Elizabeth C. escribe “Pobre india… Se celebra la vida no la muerte”… intolerante y racista; Juan G. afirma “Las personas de la farandula son las menos indicadas para emitir opiniones politicas, que chingaos saben, todos tenemos una opinion, pero no por eso razon, india babosa, jajajaja” (mega sic.); Beatriz S. dice: “Pobre muchacha, pensé que tenía moral, pero el estar a favor de descuartizar a un bebito inocente, habla muy mal de ella como ser humano”… ¿descuartizar a un bebito inocente?, ¿antes de las 12 semanas?; un tal Cangri B. dice “Esta vieja conoce de valores, como lo que yo conozco de astronauta…” Pues en efecto, ella tiene más valores que cualquiera de esta punta de ignorantes, racistas y conservadores. ¿Ellos no renunciarán a algo para satisfacer la hipocresía de su Partido, iglesia, club social? Los tiempos que corren preocupan y mucho.