La Dirección de Normatividad Comercial del ayuntamiento de la ciudad de Puebla confirmó la clausura del bar Deja vu debido a que operaba sin la documentación correspondiente en plena Central de Abasto.
La dependencia municipal informó que el operativo se registró el miércoles de la semana pasada, luego de que este medio de comunicación denunció que el establecimiento funcionaba en completo sigilo e incluso se promocionaba en redes sociales.
Comerciantes revelaron que el pasado 26 de abril abrió el establecimiento en completo sigilo y aunque hasta ese momento no se había registrado un acto de violencia, comerciantes recordaron los hechos en los que estuvo involucrado en el pasado en su anterior ubicación.
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Este medio de comunicación publicó este miércoles que detrás de este establecimiento había una serie de peligrosas actividades que no se reducen al llamado sexo servicio, sino también incluía tráfico de drogas y de bebidas adulteradas, así como trata de personas y la presencia de grupos armados.
Asimismo, existe la versión en el sentido de que los propietarios del inmueble reportaron al Consejo de Administración de la Central de Abasto, encabezado por Luis Pinto, que se iba a abrir un billar, con la venta de alimentos.
Según la especie, Franco Rodríguez Álvarez, secretario general de Gobierno, dio la orden tajante de mandar a cerrar dicho establecimiento, luego de que algunos funcionarios intermedios se habían mostrado omisos o tolerantes con este mal afamado negocio de giros negros.
Agregaron que según su concepto de creación la Central de Abasto es un lugar dedicado al comercio mayorista de alimentos y productos básicos, por lo que no están permitidos giros comerciales para fines recreativos.
En la anterior ubicación del bar, el pasado 14 de octubre autoridades llevaron a cabo un cateo con apoyo de una máquina retroexcavadora ante la sospecha de que la existencia de una fosa clandestina.
El operativo estuvo a cargo de la Guardia Nacional (GN), del Ejército, así como de la Fiscalía General del Estado (FGE) y de la Comisión de Búsqueda, las cuales tuvieron a resguardo el lugar algunos días.
Se sabe que el operativo se realizó a raíz de varios casos de desapariciones en la zona, particularmente de mujeres, entre ellas, el de Blanca Estela N., quien trabajaba como mesera en dicho establecimiento y después fue hallada sin vida en una barranca del municipio tlaxcalteca de Tenancingo.
El bar en cuestión fue escenario de varios hechos delictivos como balaceras, además, las autoridades poblanas vigentes en ese momento achacaron que sus homólogas de Tlaxcala permitían la operación del establecimiento pese a esos hechos pese a que es presuntamente un punto de reunión entre narcomenudistas.
Por esta razón, los comerciantes de la Central de Abasto pidieron a los tres niveles de gobierno garantías de tranquilidad tanto para ellos como para las 15 mil personas que a diario acuden a comprar.
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