No olvidar a quienes dieron vida al espacio y continuar con la defensa de una tradición que se debe resguardar y difundir, son dos de los objetivos que persigue el montaje del altar tradicional en el Museo de arte religioso ex convento de Santa Mónica, recinto adscrito al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Vigente para su visita hasta el 3 de noviembre próximo, la ofrenda tradicional de Día de muertos es un llamado a regresar a los hechos y a los personajes que han dado identidad a Puebla, como señaló el director del museo Sergio Moisés Andrade Covarrubias.
Durante una breve entrevista, mencionó que dicho altar está dedicado a María de Jesús Guadalupe Vadillo y Herrero, nombre de pila de sor María del santísimo sacramento, priora del entonces convento de Santa Mónica en 1932.
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Definió que la religiosa, hija de don Leonido y Matilde, luchó porque se recompusiera la orden y se instalara en el espacio original del convento, algo que logró con creces, pues se enfocó además en hacer crecer las vocaciones. Asimismo, destacó que tras la exclaustración definitiva de la orden ocurrida en mayo de 1934, la priora logró habilitar otro espacio que hoy en día continúa activo.
Dicho altar, además, llama a regresar a lo tradicional que se ha visto, en ocasiones, opacado por la cultura popular actual. Como ejemplo, señaló el caso de la Catrina Garbancera creada por el caricaturista mexicano José Guadalupe Posada en el año de 1910, que retomó tiempo después el muralista Diego Rivera, quien la llamaría simplemente La Catrina, misma que ha sido tomada por la cultura estadounidense como un elemento del “Halloween”.
“La Catrina, más que ser un reflejo de un arte popular es un disfraz, siendo así más que sincretismo, una apropiación por parte de otras fiestas”, criticó el historiador de formación.
Completó que por tanto, el altar montado en el recinto adscrito Centro INAH Puebla busca reflejar lo que hizo una mujer por su orden religiosa, la agustina recoleta, a la par de que llama a que otros espacios –institucionales o no- retomen a personajes y hechos importantes para su historia.
Andrade Covarrubias añadió que este altar es un esfuerzo de los jóvenes de servicio social que son coordinados por Victoria Huitzil, encargada de Difusión, así como de los propios trabajadores del museo. “Hay una comunidad que interviene en conservar la tradición”, resaltó el director del inmueble.
Destaca que el retrato expuesto en la ofrenda forma parte del archivo del museo, con lo que se deja ver la riqueza documental que resguarda este recinto.
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