Atlixco.- Los pequeños Tecuanitos nacidos en este municipio, pero con sangre acateca, son el vínculo entre su danza y sus padres para mantener viva sus tradiciones y su historia, admitieron en entrevista con La Jornada de Oriente varios adultos involucrados en el denominado grupo Orgullo Acateco Atlixco (OAA).
Yoselín Antonio Técuatl es la vocera de la también considerada como una familia: “es muy motivante descubrir cómo los niños impulsan a los papás y éstos al mismo tiempo de integrarse sienten esa vibra especial. Escuchar el tambor a cada instante provoca en nosotros erizarnos la piel”.
Daniel Pérez Martínez es uno de éstos y asumió tener al mismo tiempo sangre acateca y atliscense. Contó con su familia pasó algo curioso: “el abuelo, originario de Acatlán de Osorio, jamás bailó la danza de los Tecuanes. Eso mismo pasó con mi madre y mis tíos”.
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Apuntó de hecho que los nietos tampoco hicieron esa actividad. “Pero llegó el bisnieto, es decir mi hijo, y desde los dos años de edad comenzó con este ritual de los propios Tecuanes”, compartió emocionado.
Narró: “ya conseguimos llevarlo a San Rafael, allá en la mixteca poblana, y participó con mucha devoción y gusto. Sin duda es el motor capaz de inspirarme”.
Destacó que observarlo bailar es una sensación difícil de describir.
“Se mueve muy bonito. Y sinceramente intento copiarle, pero no puedo. Ya con el traje y la máscara puesta se transforma porque es muy tímido en la vida cotidiana. Es alguien completamente distinto”, acotó.
El club Orgullo Acateco Atlixco arrancó actividades en esta ciudad hace un par de años. Primero solamente con integrantes provenientes de Acatlán. Pero conforme pasó el tiempo abrieron las puertas a todos los interesados. Hoy suman más de 30 en total entre adultos y pequeños.