Para deshacerse del estigma de violencia y delincuencia que rodeó al llamado “epicentro del triángulo rojo”, Palmar de Bravo alista el festival Elena Luna, un proyecto ciudadano que recupera una leyenda regional que tiene como escenario el Día de muertos, y aprovecha a la cultura como pretexto para “regenerar el tejido social”.
“Hablamos de un estigma que se quedó desde hace años con el tema del robo se hidrocarburos, que fue un tema que generó un ambiente de violencia en la región, no sólo en Palmar de Bravo; sin embargo, hoy en día, el tema del hidrocarburo, del robo o de la sustracción ilegal, está controlado”, dijo el presidente municipal Juan Carlos Varillas Lima.
Durante una rueda de prensa, arropado por la Secretaría de Cultura (SC), el recién edil en funciones consideró que no obstante la violencia registrada en el municipio, como ciudadanos siempre vieron “un ambiente de tranquilidad. “Había una actividad ilícita, claro está, que no es permisible, sin embargo, el ambiente de paz se vivía”.
Explicó que desgraciadamente si un hecho de inseguridad y violencia ocurría en alguna de sus 28 comunidades o incluso en un municipio aledaño, se señalaba a Palmar de Bravo como el “foco violento” por definición. “Si se difundió como pólvora el tema de la inseguridad, ahora hagamos difundir, con la misma intensidad, el tema de que somos más que eso, que somos cultura, que somos gente buena”, enfatizó Varillas Lima.
Por tanto, confió que de la mano de la sociedad civil, como el Centro cultural Jerónimo Lira que tiene más de 10 años de trayectoria, se busca impulsar la cultura “como la medida propicia para atender de manera preventiva” tanto la inseguridad como la violencia, sobre todo entre los niños y los jóvenes, seguros que, si se “arranca” la idea que ejemplos a seguir son los “halcones y la violencia”, se podrán erradicar las prácticas delictivas.
Sobre el festival mencionó que recupera a un personaje y a una antigua leyenda regional: a Elena Luna, hija de Agustín Luna, quien según la tradición oral fuera fundador del pueblo, y cuyo nombre recibe la calle principal que cruza la cabecera municipal de Palmar de Bravo.
“Hasta hace más de siete años se desconocía quién era Elena Luna, sólo se sabía que era una calle que cruzaba la cabecera. Nosotros desde la parte social empezamos a investigar y descubrimos que era la hija del fundador de Palmar de Bravo. La crónica local indica que venían de fuera, hacendados que bajaban al pueblo a visitar a la iglesia, aunque no hay otro registro histórico”, señaló el funcionario municipal.
En esa misma calle principal, continuó, la leyenda cuenta que a medianoche se oye el trotar y relinchar de caballos inexistentes que jalan antiguas carrozas, también invisibles, que llevan en su interior a la propia Elena Luna, quien se va a encontrar con otro personaje: un muchacho del pueblo, del que ella se enamoró de manera prohibida, teniendo -como otras historias- un final trágico
Dicha historia se mezcla además con otra leyenda: la del llamado Charro negro, en la que un hombre elegantemente vestido hace un favor pedido por otro hombre desesperado, quien, al ver cumplido su deseo, adquiere la categoría fantasmal, convirtiéndose en el nuevo hombre a caballo.
Ahora, indicó el presidente municipal Juan Carlos Varillas, aquella historia de amor, tragedia y leyenda es recreada el 31 de octubre con una Elena Luna extraída del pueblo, que se caracteriza, recorre la comunidad y mantiene su anonimato por dos días, siendo así “la secrecía y el misterio parte de tradición”.
En ese sentido el titular de la SC Enrique Glockner expuso que dicha dependencia tiene la “responsabilidad” de visibilizar la riqueza cultural de los municipios, en este caso de Palmar de Bravo.
“Lamentablemente es un municipio estigmatizado y estigmatizar, desde la perspectiva cultural, es lo peor que se puede hacer porque generas a partir de una idea que es errónea, que es el prejuicio, el juicio antes de, generando un daño del que es difícil hacer un contrapeso”, consideró el funcionario estatal.
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