Tehuacán. Con síntomas depresivos que van desde leve hasta muy severa se encuentra cerca de 40 por ciento de los internos del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Tehuacán, explicó el director de Salud municipal, Roberto Sarmiento.
Lo anterior se desprende de un estudio basado en el método de Hamilton, que se aplicó a más de 700 internos del penal, con el objetivo de diagnosticar y reconocer los factores de riesgo de depresión en los reclusos.
Roberto Sarmiento señaló que el estudio arrojó datos interesantes y deja a la luz aquellos casos que requieren de atención especial, aunque aclaró que es un porcentaje mínimo el que tiene depresión severa o muy severa, lo cual depende de diversos factores que se pueden atacar.
El director recordó que la vida en un centro penitenciario es absolutamente distinta de la que se tiene en libertad, y ese simple hecho es ya un factor que se toma como de riesgo para que las personas se depriman, aunque todo indica que es más fácil que ello ocurra cuando se trata de internos recién ingresados, por el proceso de adaptación.
Indicó que en el caso de la depresión leve, que es el porcentaje más alto que se tiene de la población con ese problema, se atacará a través de terapias grupales, así como actividades deportivas y culturales que permitan a los internos interactuar entre sí, convivir y liberar tensión.
Resaltó que el estudio forma parte del programa denominado “Cereso Saludable”, que se activó desde el inicio de la administración, con actividades exclusivamente preventivas, por lo que se realiza en coordinación con otras áreas como fomento deportivo y cultural.
Explicó que los niveles de depresión varían por la edad, el género, los años que llevan en reclusión, así como las actividades que realizan en el mismo penal y los vínculos que se tienen con las familias.
Para Roberto Sarmiento los índices de depresión que arrojó el estudio son favorables, lo cual demuestra que el programa “Cereso Saludable” ha dado buenos resultados y puede ser un método para mejorar la calidad de vida de los presos.
Finamente aclaró que el estudio no se aplicó a toda la población, toda vez que se dejó a criterio de cada uno de los internos la opción de formar parte del mismo, pero fueron muy pocos los que se negaron.