Para el mes de agosto de 2025, el Indicador Global de la Actividad Económica del INEGI indicó un crecimiento anual de 0.2% y estimó una baja anual del 2.0% en las actividades secundarias. Esto apunta a que no se cumplirá el objetivo de crecimiento de 1% del FMI, ni el de Banxico de 0.6%. Al parecer la tendencia de crecimiento será menor que la del sexenio pasado, donde se creció en 0.8% promedio anual, aunque en el primero año de dicho gobierno en 2019 el PIB cayó 0.1%. El estancamiento de la economía es resultado de las altas tasas de interés establecidas por Banxico, como por la banca comercial, así como por los recortes presupuestales de Hacienda y el dólar barato, para abaratar importaciones y bajar la inflación, a costa de que éstas desplacen a la producción nacional e incrementen el desempleo y subempleo. Datos del IMSS reflejan una caída de 27% en la creación de empleo formal en primeros 9 meses del presente año en relación con igual período del año pasado. A ello se suman las políticas adversas que instrumenta el gobierno de EUA contra México. La exportación de vehículos pesados tuvo una caída anualizada en septiembre, de 58.3% informó Inegi. Las remesas en el mes de agosto muestran una caída anual de 8.3%, reportado por Banxico. La inflación en septiembre de 2025 está en 3.76%, lo que evidencia la equivocada política de Banxico de alta tasa de interés para bajarla al nivel objetivo de 3%, debido a que encarece el crédito, lo que restringe la inversión y la producción, por lo que prosiguen las presiones de oferta (altos costos, escasez de productos) presionando precios, y se añade el aumento del margen de ganancia de las empresas.
El secretario de Hacienda en el pleno del Senado de la República el 1 de octubre de 2025, señaló que “nuestro país sigue avanzando, el crecimiento se mantiene positivo y sostenido a pesar de las presiones comerciales y reafirmamos nuestra condición de una de las economías más abiertas del mundo”. Festeja que México sea de las economías más abiertas, mientras que el neoliberalismo viene siendo cuestionado ante los negros resultados de desindustrialización, desempleo, bajo crecimiento, por lo que EUA, después de impulsar el libre comercio, ha pasado a establecer políticas proteccionistas para frenar importaciones e impulsar la producción y el empleo. En cambio, en México se insiste en el libre comercio. No hay que olvidar que, si México se industrializó y creció, fue gracias a las políticas proteccionistas que predominaron desde 1947 hasta mediados de los años ochenta y a la intervención del Estado en la economía, donde el banco central era funcional al crecimiento económico. En cambio, con el predominio de las políticas neoliberales de apertura generalizada, aunada a la alta tasa de interés, dólar barato, desregulación del sector bancario, superávit fiscal primario (donde se gasta menos de lo que se recauda excluyendo el pago de la deuda) para reducir el déficit fiscal y evitar crecimiento de la deuda, la economía ha estado estancada. Hay que señalar que la deuda pública no se reduce dejando de gastar. Eso es válido para una familia y para una empresa, no para el gobierno, pues éste al dejar de gastar contrae la demanda, la actividad económica y el empleo, por lo que el gobierno recauda menos y tiene que aumentar el gasto social y de seguridad pública para contrarrestar los problemas de miseria y delincuencia que genera el menor crecimiento económico, por lo que siguen las presiones sobre las finanzas y la deuda pública.
La política fiscal no debe encaminarse a reducir el déficit, ni la relación de endeudamiento, sino debe actuar en forma contra cíclica para contrarrestar la caída del consumo e inversión privada, como de las exportaciones y así evitar la caída de la actividad económica. Ello debe ir acompañado de menores tasas de interés para reducir el costo del servicio de la deuda y mejorar la capacidad de gasto e inversión de los sectores endeudados que impulsaría más la economía. Al crecer ésta, el gobierno recaudará más y menores serán los gastos sociales y de seguridad pública, debido a que habrá mayor generación de empleo, por lo que se mejorarán las finanzas públicas y del sector privado y se reduciría la deuda.
A la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) le va muy bien. Del 2 de enero al 10 de octubre de 2025 trae un crecimiento de 23.29%, como consecuencia de que la política monetaria, cambiaria y fiscal actúan a favor del mercado de capitales, a costa de sacrificar el crecimiento económico y la generación de empleo. Ese boom bursátil terminará siendo insostenible, debido a que no tiene sustento productivo que valorice el alza del precio de las acciones.
Las autoridades monetarias y hacendarias no están encarando los desafíos que enfrenta la economía nacional, tanto para salir del estancamiento, aumentar el empleo, como para afrontar los embates derivados de la política del gobierno de EUA de reducir las exportaciones que México realiza a tal país y el deseo de que México le compre más, lo que contraería más la actividad productiva. Por más que el gobierno habla del Plan México, este no tiene sustento macroeconómico para hacerlo viable. Las altas tasas de interés, el dólar barato y los recortes presupuestales actúan en detrimento de la inversión y la sustitución de importaciones.
No se puede continuar con las políticas neoliberales predominantes causantes de los problemas que enfrentamos.
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