Para que “la inmensa serpiente de la cultura se muerda la cola y se coloque en un proceso de retroalimentación creativa”, un grupo de ciudadanos emitieron el llamado Manifiesto por la cultura de Puebla dirigido a los interesados en “una cultura de calidad” y, sobre todo, a “los funcionarios encargados de lograrlo”.
Publicado en https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSeOfFELZHcM0y1UF-ohUhh8N0Bn2Drk-3mplx6yJ3n7wYv-Eg/viewform el manifiesto es un llamado a sumarse a esta petición abierta en miras a establecer un diálogo con las funcionarias responsables de la Secretaría de Arte y Cultura, el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla, la presidenta de la comisión de cultura de la Cámara de Diputados y la regiduría de cultura del Ayuntamiento de Puebla, “para conocer sus planes de trabajo y que atiendan a estas demandas de la comunidad artística y cultural”.
En el manifiesto se indica que derivado de una serie de siete mesas de trabajo realizadas en octubre de 2024 con el propósito de analizar el desempeño de las instituciones responsables de fomentar la cultura en la ciudad y el estado, se abordaron temas como patrimonio cultural, artes visuales y escénicas, artesanías y cultura popular, museos, bibliotecas y publicaciones, administración de recursos financieros, espacios y grupos autogestivos.
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Entre las conclusiones se enlista que “dos principios básicos deben regir la política cultural: desempeñar las actividades institucionales con absoluta honestidad y honradez, transparentando, cada vez que se requiera, el manejo de los recursos públicos destinados a las actividades culturales; y respeto a la libertad creativa y de organización autogestora de los trabajadores de la cultura”.
Se indica además que se ha creado “una Comunidad de Trabajadores de la Cultura que tiene como una de sus funciones operar como un Observatorio Ciudadano que esté atento al buen desempeño de los eventos culturales, tanto en su calidad como en la administración de los recursos.
Asimismo, en el manifiesto señalan 11 puntos necesarios: el “garantizar el acceso a las manifestaciones culturales y artísticas como un derecho ciudadano”; el “fomentar la creatividad artística, individual y colectiva, estableciendo metas claras en el desarrollo y la promoción de la cultura con la participación de creadores y gestores culturales”; y el reconocer “los derechos laborales de los trabajadores de la cultura”.
De paso, reclaman que es “indispensable sensibilizar y capacitar a la burocracia que trabaja en las instituciones de cultura (pues) no se debe permitir el nombramiento de funcionarios incompetentes y deshonestos”, a la par de que exigen que “en la Ley de Cultura del Estado y en el organigrama de la SC se reconozca esta Comunidad de Trabajadores de la Cultura”.
Llaman también a preservar el patrimonio cultural tangible, conservando y restaurando bienes materiales muebles e inmuebles, así como elaborar un inventario de todos los bienes culturales; lo mismo que el patrimonio intangible, respetando la originalidad y autenticidad de las tradiciones de los pueblos originarios; y el biocultural, mediante estrategias de protección al medio ambiente, a la fauna y la flora, tanto en reservas naturales como en los territorios de los pueblos originarios, siempre en coordinación con las Secretarías del Medio Ambiente estatal y federal, así como con la Delegación del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas. Todo ello atendiendo al mandato constitucional que establece el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo.
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Aclaran que harán “una propuesta a la Comisión de Cultura del Congreso del Estado para mejorar la definición de cultura de la Ley correspondiente, e incluir el Patrimonio Biocultural y el Convenio 169 de la OIT que están ausentes en dicha Ley, entre otras consideraciones”.
De paso, indican que “es indispensable capacitar a los presidentes municipales respecto al patrimonio cultural tangible, intangible y biocultural”, así como “crear la Ley Estatal de Bibliotecas Públicas que permita profesionalizar al bibliotecario asignándole un salario bien remunerado”.
De igual forma, llaman a rescatar y difundir la rica gastronomía tradicional, tanto criolla como indígena, y sus procesos de elaboración; concentrar en un repositorio documentos históricos y materiales etnográficos de todo el estado para fomentar la investigación histórica y antropológica; y fomentar la colaboración mediante acuerdos con universidades e institutos como el Instituto Nacional de Antropología e Historia y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura para intercambiar conocimientos, experiencias y abrir nuevos espacios de difusión del arte y la cultura.


