Este fin de semana se realizaron tres cierres de campañas de sendos candidatos a la gubernatura de Puebla. En el caso de la abanderada del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Blanca Alcalá Ruiz, el acto no fue posible debido a que, según denunciaron la candidata y su equipo, hubo un bloqueo de transportistas que no permitieron el traslado de prosélitos a la capital de la entidad.
El proceso se acerca a su fecha más importante en medio de especiales características, siendo la principal la poca credibilidad que se ha granjeado el Instituto Electoral del Estado de Puebla, el cual en vez de que sea un organismo abocado a vigilar la legalidad y la equidad de la contienda, se convirtió en un actor más, dejando de lado su obligación de arbitraje imparcial y colocando así a los comicios en un riesgo severo de ser anulados.
Los retos de los contendientes, tras los cierres de campañas
El PRI tiene ahora el reto de fundamentar con pruebas todas las acusaciones que ha realizado sobre la parcialidad de la autoridad electoral, la compra y coacción del voto y otras, para que dichos actos ilegales no queden en la impunidad.
El Partido Acción Nacional (PAN) enfrenta la elección más complicada de su historia en Puebla, pues por primera vez aparecerá en las boletas como una opción de continuidad al actual gobierno estatal o fomentará la alternancia. La situación se antoja bastante complicada para el instituto político derechista, porque se hará acreedor a un importante voto de castigo de parte de la ciudadanía por los efectos de la actual administración.
Por su parte, Ana Teresa Aranda Orozco tiene ante sí el desafío de demostrar que las candidaturas independientes son viables en Puebla.
Roxana Luna Porquillo y Abraham Quiroz, respectivos abanderados del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), salen a la palestra a rescatar el voto de la izquierda y deben demostrar que esta opción política e ideológica está por encima de las diferencias de personas o grupos y al servicio de las causas más progresistas.