La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) cerró de manera definitiva siete penales en el estado de Puebla, operados por los municipios en Atlixco, Chiautla, Izúcar, Tetela de Ocampo, Tecali, Chignahuapan y Zacatlán, cuyos internos deberán ser reubicados.
Hay que aclarar que, por el sismo del 19 de septiembre de 2017, la Subsecretaría de Centros Penitenciarios reubicó a las personas privadas de la libertad de los Centros de los municipios de Atlixco, Chiautla de Tapia e Izúcar de Matamoros, quienes en su momento fueron traslados al Centro Penitenciario de Puebla. Por lo anterior, faltaría reubicar a los internos de los centros de reinserción social de Tetela de Ocampo, Tecali de Herrera, Chignahuapan y Zacatlán.
La determinación se dio a conocer en el Periódico Oficial del Estado (POE) del 30 de septiembre, en el que la dependencia estatal argumenta que la decisión se tomó en atención a las recomendaciones emitidas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), a partir del Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2022 que identificó y calificó aspectos relacionados con las condiciones de vida en la que se encuentran las personas en prisión preventiva y de las que cumplen una condena.
En ese estudio, los centros carcelarios de Puebla, reprobaron en calificación al obtener el 5.02 puntos, en una escala del 1-10, al considerarse aspectos de sobrepoblación, hacinamiento, alimentación, falta de personal operativo, técnico, capacitación constante, principalmente en los Centros Penitenciarios Distritales, mismos que son administrados por los municipios donde se encuentra ubicados.
Si bien el cierre de esos centros supondría una mejora en las condiciones de vida para las personas que serán reubicadas, las autoridades deberán atender lo que significa el desplazamiento de esas personas para atender su caso en los juzgados asignados para aquellos que están en prisión preventiva, así como para las víctimas de esos delitos.
Además del hacinamiento que pueda surgir en los Centros donde se reubican las personas de los que se cierran y donde la precariedad de las condiciones en que se vive en dichos lugares no es algo nuevo como tampoco el impacto negativo en el proceso de reinserción social.