No es raro que, en el futbol mexicano, las noticias extracancha causen más revuelo que el juego mismo. Y en vista de que el Guadalajara lleva años y años empantanado en la mediocridad, qué mejor que aprovechar la conjunción de dos notas chismográficas para reclamar la atención de sus sufridos seguidores.
Resulta que mientras crecía el rumor de la posible fuga de Fernando Gago, requerido con urgencia desde Buenos Aires por la gente del Boca Juniors, al “Piojo” Alvarado se le ocurrió lanzar sonoro petardo contra una rueda de prensa que, con cualquier pretexto, estaba teniendo lugar en las instalaciones del club. Al caos consiguiente, donde no faltaron sustos, carreras y mentadas maternas, le siguió la indignación de los periodistas agredidos, mientras el responsable del desaguisado corría a esconderse debajo de la cama, de donde sus jefes lo obligaron a salir para disculparse, lo que hizo en el lenguaje balbuciente e infantiloide que caracteriza a buena parte de nuestros futbolistas. Pero la mayoría de los agraviados consideró vanas las excusas e insuficiente y tibia la reacción de la directiva rojiblanca, la cual optó por poner oídos sordos a reclamos que iban desde la solicitud de una fuerte multa al infractor y su suspensión temporal del primer equipo hasta la desmesura de su expulsión definitiva del futbol profesional. Y es que cuando la autoridad renuncia a cumplir con sus obligaciones disciplinarias cualquier opinión encuentra cabida. Desde las razonables hasta las más disparatadas.
Al menos, el cuete que el Piojo en su atolondramiento detonó distrajo la atención de la verdadera noticia, que como es natural era esa otra que involucra al DT che y su más que probable huida, solicitado a destiempo y contra toda atención a la ética por la directiva boquense. Y es que para los argentinos en general nuestro futbol es eso: un lucrativo campo donde cazar contratos, bueno tanto para futbolistas que ya van de salida o carecen de calidad para aspirar a mejores pastos como para cuerpos técnicos cesantes cualquiera que sea su condición, lo mismo famosos (relativamente) que desconocidos (los más). Y si hay que dejar plantado a cualquier equipo azteca porque surgió alguna oferta mejor, pues encantados de hacerlo sin rubor y sin hacerse problema.
De ese tamaño es el respeto que se le guarda en otras latitudes al juego de multipropiedades y no–descenso en que las dirigencias nativas han convertido a nuestro futbol. Por supuesto que Johan Cruyff tenía razón cuando les insistió a los Vergara en que deberían despojarse de ilusiones y despertar a la realidad, allí donde sus Chivas no pasan de ser un equipo del montón, alejado años luz de esa pretensión de grandioso e histórico club en que lo tenía instalado un pasado ilustre, aunque doméstico, y una permanente campaña mediática capaz de convertir en suceso cualquier nadería, con tal de ponerle reflectores a cuanto se diga y haga en el seno del descolorido Rebaño.
Jornada 11. Para colmo, la Chiva loca cerró su tormentosa semana con un broche oxidado. En el Akron, llegó el Atlas a estar en ventaja de 0-3 antes de que se cumpliera una hora de partido, y el arreón desesperado del Rebaño sólo dio para dos goles que no impidieron su derrota. El segundo remachado por el Piojo Alvarado, cuyo castigo por la barbaridad perpetrada a media semana quedó en regaño. Gago dice que no se va. A ver quién le cree.
El América –otro “grande”– se las vio y se las deseo para rescatar un punto de la cueva del León (1-1), esa fiera a la que, con Berizzo al frente, parece que poco a poco le van creciendo las garras. Y uno que parece querer volver a serlo, el Cruz Azul, no tuvo piedad del Necaxa y lo vapuleó 3–0 en Ciudad de los Deportes sin importarle mucho ni poco los inconvenientes climáticos. El cementero luce, por el momento, como el único conjunto consistente de una liga que es la montaña rusa del desencanto.
Porque el Toluca, que saltó a la cancha como sublíder, acabó cediéndole ese puesto a Tigres –hágame usted favor– por culpa de su empate con Pumas en la Bombonera (1-1). San Luis, en franca recuperación, recibió y venció al pretencioso Monterrey (1-0), poniendo en ridículo una vez más a Demichelis, el DT argentino que la errática directiva rayada se sacó de la manga luego de correr a su paisano el Tano Ortiz, que no lo venía haciendo tan mal. Y Xolos, mucho mejor con Osorio que con el Piojo Herrera como DT, dio cuenta el viernes (2-1), en su fronterizo y Caliente feudo, del alicaido Pachuca, que como visitante solamente le ha ganado al Puebla; mientras tanto, los escasos mazatlecos que fueron a su estadio se entretenían con un 2-2 entre el cuadro local y los Gallos del Querétaro.
Tabla general. La encabeza el crecido Cruz Azul con 28 puntos, cuatro más que Tigres (24), único sublíder gracias al medio tropezón del Toluca (22); luego vienen Monterrey (21), tres con 20 (San Luis, Pumas y Tijuana), el Atlas (17), que gracias a su victoria sabatina rebasó a las Chivas (15) y no se diga al América (14) y el Necaxa (13).
Y a partir de ahí se abre la brecha por evitar el gracias a Dios –y la Femexfut– ya inexistente descenso; la comanda el Puebla (11 puntitos desde hace cinco jornadas) y la completan tres con 9 unidades (León, Pachuca y Querétaro), por 8 de Mazatlán y Santos y 7 del supercolero equipo de Ciudad Juárez. Santos y Juárez jugaban anoche.
Nueva derrota poblana. Con el Chepo de la Torre, el Puebla está recurriendo cada vez más a imponer una especie de lucha cuerpo a cuerpo por todo el campo. El desgaste es máximo y las posibilidades de acercarse al área opuesta mínimas. Y si el campo está tan húmedo y pesado como el del Volcán el sábado pasado, con lluvia intermitente y un frío que congelaba, el resultado puede parecerse muy poco a un decente partido de futbol, con los vaivenes propios de una mutua apertura de líneas en busca de la portería enemiga.
Un planteamiento como el de la Franja, incapaz de procurarse ocasiones de gol –si alguna llega será de casualidad–, sólo puede garantizar roces e infracciones al por mayor sin importar quién sea el adversario. Y si este lleva medio torneo sin encontrar ni su ritmo ni su tono, como ocurre con Tigres, y si además se adelantó en el marcador demasiado pronto –tiro libre de Gignac perfectamente angulado (12´)–, el resultado lógico será un espectáculo de desgaste y forcejeo intensivos sin brizna de futbol.
En el segundo tiempo, Tigres cedió el terreno y la pelota y la Franja no supo que hacer con ella. Aquí la crítica más acerba tendría que enderezarse contra el equipo local, cuya nómina triplica o cuadriplica la del Puebla, sin que pueda explicarse una actitud tan mezquina como la que adoptó. No la merece el futbol, tampoco ese público suyo cuyo indesmayable apoyo a semejantes melindrosos uno no acaba de entender.
El Tri en Puebla. Se crea o no, el sábado que viene, 12 de octubre, el Cuauhtémoc volverá a ser escenario de un encuentro internacional, aprovechando una más de las fastidiosas fechas FIFA. Y será nada menos que entre la Selección Nacional y el Valencia, equipo de prosapia dentro de la liga española. Con lo anormal que es ver al Tri disputando un amistoso en su propio país.
Palmarés. El Valencia FC fue fundado en esa ciudad mediterránea el día de San José de 1919 –en plena feria de Fallas– y ha sido campeón de la Primera División de España en seis ocasiones, la última de ellas en 2001-2002 bajo la batuta de Rafa Benítez; fue ése el último título ganado por un equipo que no fuera el Madrid, el Barcelona o el Atlético. De hecho, son los tres mencionados y el Athletic de Bilbao los únicos con más preseas oficiales de las 25 que el Valencia ha ganado entre Liga, Copa y Supercopa.
En el ámbito internacional, el Valencia FC ocupa el cuarto lugar entre los clubes españoles con más títulos europeos. En 1979–80, con Mario Kempes como máxima figura, goleador y emblema, se alzaron con la Recopa, torneo que ya no existe pero era en la Europa de esa época el segundo en importancia; además tiene en la vitrina 3 Copas UEFA, 2 Supercopas y una Intertoto. Y fue finalista de la Champions por dos años consecutivos (2000 y 2001), perdiendo la primera con el Real Madrid (3-0) y la otra en penales contra el Bayern Múnich luego de empatar a uno tras 120´ de lucha.
Ahora que si alguien preguntara por la situación actual de la escuadra levantina, hay que reconocer que está muy lejos de la punta, y que cumplidas nueve fechas del torneo de Liga, el Valencia que veremos aquí se debate, con apenas 6 puntos, en zona de descenso.
Aniversario. Es probable que la esplendidez de la Femexfut al traer a Puebla un encuentro internacional del Tri se deba a que el Cuauhtémoc cumplió ayer medio siglo de vida, puesto que se inauguró el 6 de octubre de 1968 con un empate entre las selecciones de México y Checoeslovaquia (1-1). Ya hablaremos más detenidamente de esta efeméride.
Eso sí, ojalá que el Valencia venga a Puebla con más ganas de jugar que de hacer turismo. Y quieran los astros que el clima mejore y no vaya a condenarnos a una noche de brujas, con truenos, rayos y tormenta, dado que en lugar de un razonable horario diurno, el encuentro está anunciado para empezar a las ocho y media de la noche.