Personal de Protección Civil municipal inició el censo de decenas de tumbas con hundimientos, grietas, cristales rotos o con riesgo de venirse abajo al interior del Panteón Municipal de la ciudad de Puebla.
Este 1 de noviembre servidores públicos adscritos a dicha dependencia colocaron cintas de precaución alrededor de las criptas que principalmente se encuentran a la entrada del cementerio más importante del municipio, en las que se yacen sepultadas personas que fallecieron a principios o mediados del siglo XX.
En un recorrido por el panteón se observó que las tumbas registran un severo deterioro por la falta de mantenimiento y es evidente que los familiares de aquellos difuntos tienen años sin visitar las criptas o incluso ya también habrían muerto.
Asimismo, como es generalizado en varios panteones de la capital del estado hay otras tumbas que el peso del mármol con el que están hechas han provocado hundimientos y corren el riesgo de venirse abajo.
Es el caso de una cripta ubicada a un costado del pasillo principal a escasos 20 metros de la entrada principal la cual se inclinó y terminó recostada sobre otra igual de longeva.
El personal de Protección Civil informó que la cinta es para advertir a los visitantes sobre el riesgo que corren al acercarse a las estructuras.
Los agentes colocaron otra cinta en la capilla que protege la tumba de una niña fallecida en 1970, cuyos cristales se rompieron, en tanto que el resto del vitral corre el riesgo de tener un destino similar.
Agregaron que en ese momento iniciarían un recorrido exhaustivo para identificar otras tumbas similares y colocarle advertencias para proteger a los visitantes.
Por el momento desconocen cual será el paso siguiente, debido a que las tumbas llevan muchos años abandonadas y se desconoce el paradero de los familiares.
Este 1 de noviembre transcurrió con una gran afluencia de personas en el cementerio ubicado en la 11 Sur, mismo que se pintó de naranja y rojo, los colores tradicionales de las flores de cempasúchil.
Los familiares de los difuntos recordaron a sus muertos a ritmo de marimba, acordeón y mariachi, mientras limpiaban las criptas y regaban flores acomodadas en botes vacíos de comida enlatada.
Rezos, llanto, pláticas y anécdotas compartieron familiares con sus “fieles difuntos” mientras el cementerio se abarrotaba de miles de personas que cargaban consigo palas, cubetas y la añoranza de sus muertos con actitud emotiva.
En el camino hacia las tumbas se encontraron con jardineros que ofrecían “pala” y “agua”, así como sus servicios para limpiar y deshierbar.
Un grupo de mariachis entonaba una estrofa del “Cielito lindo” para acompañar a los dolientes, mientas al fondo se escuchaba la “playlist” de un celular en altavoz.
A un costado del panteón hubo un fuerte dispositivo de seguridad, mientras que la 35 Poniente fue cerrada a la circulación vehicular para permitir la venta de flores, comida y artículos de temporada.
También puedes leer: En este año es 17.6% más caro colocar una ofrenda en Puebla