El Festival de huehues de la ciudad de Puebla llega a su décima edición del 3 al 11 de febrero. Para sus protagonistas, los huehues que de ocupar las calles han pasado a presentarse en un escenario con una pequeña muestra de la fiesta que implica este acto cultural, el carnaval es en sí mismo un acto de resistencia, de decir que esta expresión sigue viva, pese a fenómenos contrarios como la gentrificación que se da en sus barrios de origen.
“El carnaval es parte de la resistencia, de nuestro barrio que sigue existiendo, en el que la gente va por lo menos a reencontrarse con sus amigos y conocidos. Haríamos hasta lo imposible por evitar que siga ocurriendo esta sustracción”, señaló Verónica Méndez Hernández, representante de la cuadrilla El Alto Garibaldi, una de las de mayor tradición en la ciudad.
Durante una conferencia de medios, señaló que el carnaval se preserva en barrios tradicionales de Puebla como el propio El Alto, además de Xonaca, Analco y la Luz, extendiéndose a las juntas auxiliares y creciendo en unidades habitacionales y colonias, a donde se han desplazado los vecinos que ocupaban parte del Centro Histórico.
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Acotó que de alguna manera el barrio ha migrado a las unidades habitacionales debido al crecimiento poblacional y a fenómenos como la gentrificación que desplazan a los habitantes originarios debido a los nuevos usos que se les da a los espacios, que en muchos casos encarecen la vida de la comunidad.
De paso, Méndez Hernández el carnaval ha dejado de ser entendido como una fiesta, como un acto previo a la semana santa católica, por lo que su dinámica ha cambiado y de ocupar las calles, ahora se ajusta a las medidas de instancias como las secretarías de Gobernación municipal y Seguridad Ciudadana, “porque al final no terminan de entender que esta es una manifestación de nuestros antepasados”.
El carnaval, definió la gestora, era para anunciar que ya venía la cuaresma católica, que necesitaba ciertos rituales. “Como es el caso de El Alto, el primer barrio de Puebla para cuya construcción vinieron de Tlaxcala, Cholula y Tepeaca para conformar una nueva tradición del carnaval, un mestizaje de tradiciones y de culturas”, estimó Verónica Méndez.
En ese sentido, para el director del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (IMACP), Fabián Valdivia Pérez, el Festival de Huehues es una forma de darle difusión al carnaval concebido como patrimonio cultural, y a los huehues como portadores de tradición.
“Es evidente que como somos una ciudad irrepetible, pero eso es producto de quien la habita, de los barrios y las colonias donde esta tradición también ha ido ganando terreno”, expuso acompañado por Faustino Raúl Bravo Flores, presidente de la Asociación Angelopolitana de huehues que agrupa a 18 agrupaciones.
Mencionó que, con la realización de este festival, el IMACP busca la puesta en valor del carnaval, a la par de sensibilizar a los portadores y al público sobre su valor
Sobre la décima edición informó que gira en torno a tres ejes: el académico, el artístico y el lúdico, por lo que habrá 14 actividades en seis sedes con la participación de 17 cuadrillas provenientes de barrios, juntas auxiliares y colonias como Los charros de la colonia la Calera, el carnaval de Tepatlaxco, el grupo cultural huehues Mazame de San Aparicio, Yancuitlalpan de San Miguel Canoa, Huajolote Poblano de Lomas 5 de mayo, La Fuente de Xanenetla, Real de Hueyotlipan, y Reencuentro de Xilotzingo, entre otras.
Dijo además que con un monto de 150 mil pesos se han organizado exposiciones, talleres, una presentación de gala para el sábado 3 de febrero en el Teatro de la Ciudad y el denominado convite que será el 4 de febrero por las calles de Reforma y Juan de Palafox.