La caravana Coca Cola desquició el tránsito y paralizó la ciudad de Puebla por más de tres horas desde las 6 de la tarde a las 7 de la noche debido al operativo que se instaló a lo largo del Bulevar 5 de Mayo.
Después de las 6 de la tarde dejaron de circular 50 unidades del transporte público, así como la línea 3 de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA).
Lo anterior provocó que cientos de trabajadores que en ese momento salían de su turno en el hospital de San José del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), así como de tiendas departamentales, bancos y gasolineras ubicadas en el Bulevar 5 de Mayo y el Centro Histórico tuvieran que caminar hacia sus domicilios o a calles donde pudieran abordar un taxi tanto al oriente como al poniente del municipio.
Y es que desde temprana hora se colocaron vallas sobre la principal arteria vial del municipio y después de las seis de la tarde se cortó la circulación lo que impidió cruzar la vialidad en automóvil.
Las 50 rutas que dejaron de prestar el servicio fueron JBS y todos sus ramales; M21; 6; Libertad-Cuauhtémoc; 72; 72 A; 2 A; 68 y todos sus ramales; Azteca y todos sus ramales; 52; 67; 67 Chachapa; 1; 23 y 23 A; S 86; 44 A; 18; 41; CU–Bulevares; 26 y 26 A; 30; 38; 48; 19; 46; S 21; S 25; S 26; S 14; S 3; T; 70; Amozoc-Chachapa–Puebla; S 86; Tlaxco–Amozoc–Puebla; 10; 45; 3 y 3 A; 3 Estrellas; 77 A; 5; 33; 76; 63; RT; 4; Nueva Visión; 24; y Nueva Generación Angelópolis.
Las familias que llegaron en automóvil tuvieron que estacionarse a cuatro o cinco cuadras del bulevar pagando a franeleros hasta 30 pesos por cuidar las unidades.
Asimismo, estudiantes, trabajadores y familias enteras que pretendían ir hacia la zona de la Central de Autobuses CAPU o de lado contrario a la Fiscalía General del Estado (FGE) tuvieron que caminar más de cinco kilómetros para lograr su cometido.
Aunque había presencia de agentes se percibía una sensación de inseguridad en la zona de Casa Aguayo y el cerro de Loreto y Guadalupe por una gran cantidad de calles en penumbras.
La aglomeración de miles de personas fue aprovechada por vendedores informales de globos, luces de colores, gorros y artículos para cubrirse del frío, chicharrones, palomitas, papas fritas y churros.
Fue imposible cruzar de oriente a poniente, por lo que muchos automovilistas optaron por usar vías alternas como el Periférico Ecológico, la autopista México-Puebla y la 11 Sur entre otras.
El desfile corrió de norte a sur, iniciando en el arco de Loreto hasta la 43 Oriente en el Parque Juárez.
Algunos de los asistentes expresaron su decepción al ver en el desfile únicamente propaganda de la empresa, figuras de santa claus y botargas de osos polares circulando por la avenida.
Además, pese a la espera por horas los carros alegóricos tardaron apenas media hora en pasar por cada zona, por lo que las personas se preguntaban si ya había acabado o si esperaban una segunda parte del desfile.
Más de uno expresó su descontento con bostezos y desánimo debido a que llegaron horas antes para apartar su lugar.
“Yo pensé que iba a ver más cosas, expresó un espectador”, mientras iniciaba la larga caminata hacia su domicilio en la zona norte de la ciudad.
Tras concluir el desfile el regreso a sus hogares representó una complicación mayor, ya que aunque volvió a circular la línea 3 de Ruta, ya no pudieron encontrar otra línea que los acercara.