La rehabilitación de la antigua hidráulica La Carmela que fue iniciada en 1906, durante el gobierno de Porfirio Díaz, quien la llamó así en honor a su esposa Carmen Moreno Rubio, forma parte de una tendencia internacional que gira en torno a recuperar estos grandes espacios de fábricas que constituyen el patrimonio industrial, en este caso de Puebla.
En ello, reparó Gerardo Bravo, director de Acervo cultural de la Secretaría de Cultura (SC) estatal, al hablar sobre este espacio recuperado en 2021 por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) del gobierno federal, ubicado en el Bulevar Carmelitas sin número de la colonia El Castillo en San Isidro Castillotla, al sur de la capital.
Durante una entrevista que podrá ser vista en las redes sociales de este diario, el funcionario estatal destacó que el centro cultural La Carmela busca acercarse a grupos específicos en los que se puede influir en su educación, lograr un cambio y acercar el conocimiento, la salud, la cultura, el cine, entre otros aspectos.
“Es una apuesta también a la preservación de los espacios históricos, a estos espacios que conformaron parte de ciudad, del crecimiento que se tuvo a través de la industria, que paulatinamente comenzó a ser ocupado por la población. Es la preservación del patrimonio industrial de la ciudad que se vincula ahora a una industria educativa y de la salud dirigida a los pobladores”.
Agrega que, sin duda, la recuperación de La Carmela es parte de la puesta en valor del patrimonio industrial no solo de Puebla, sino de México. “Creo que esta recuperación que se realiza del espacio forma parte de una tendencia internacional de la recuperación de estos espacios de fábricas que fueron en algún momento utilizados para temas industriales, que tras su abandono subsecuente por la evolución de las tecnologías comienza a utilizarse de diferentes maneras”, confió Bravo.
Apuntó que La Carmela es una antigua planta hidráulica que abasteció de electricidad a la fábrica de San José El Mayorazgo y al Complejo Textil Atoyac, cuyo diseño corrió a cargo del ingeniero Carlos Mastretta Magnani a orillas del río Atoyac.
“Fue algo importante: debemos entender que Puebla es una ciudad trazada y organizada a partir de los grandes ríos, como el Atoyac y San Francisco. Por eso es relevante conocer un espacio como el centro cultural La Carmela”, sostuvo.
Agregó que con ello se puede aprender, como ocurre en el pequeño museo de sitio, sobre el aprovechamiento del agua y su fuerza hidráulica para la conformación de una ciudad como esta.
Bravo dijo que la importancia de los trabajos de la Sedatu, para los cuales se destinaron recursos superiores a los 75 millones de pesos, radica en que se recuperaron prácticamente en su totalidad los edificios que conformaron la exhidroeléctrica así como sus espacios naturales.
El resultado, confío, fueron un ágora, un ciclo estacionamiento, un mercado de artesanías, salones para talleres, la sala del cineclub, una biblioteca, un parque de patinaje, zona para un día de campo y otras áreas. “Los espacios abiertos son muy importantes sobre todo con la contingencia sanitaria. Los espacios industriales cuentan con grandes galerones, espacios fríos, pero aquí dentro de la rehabilitación se han integrado el paisaje, los espacios abiertos, la infraestructura industrial que existió en algún momento y espacios que comunican las áreas que lo conforman”, consideró.
En ese sentido, afirmó que la recuperación de este espacio que tuvo usos intermitentes a partir de la Revolución Mexicana, periodo en el que cierra sus puertas para permanecer en el abandono durante varias décadas, “es una de las mejores apuestas que se han hecho en materia cultural durante los últimos años en el estado de Puebla”.
Para cerrar, informó que los días 20, 21, 27 y 28 de enero a las 15 horas con entrada gratuita, en el cineclub del centro cultural La Carmela se proyectarán un total de 34 cintas de ficción, documental, experimental y video danza, entre otros géneros cinematográficos, provenientes de España, Argentina, Chile, Egipto, Polonia, Francia, Alemania, Países Bajos, Israel, Italia, Venezuela y México.
Lo anterior, como parte de la Muestra Internacional de Cortometrajes Kiné, un proyecto que se produce de manera independiente y cuyo objetivo es abrir las salas de cine comerciales y otros espacios culturales al cortometraje, más allá de la competencia dentro de festivales. Destacó que la muestra Kiné ha proyectado cortometrajes en otros espacios importantes del patrimonio industrial como ocurrió en 2022, al ocupar la antigua fábrica textil La Constancia Mexicana, ahora un complejo museístico perteneciente también a la Secretaría de Cultura estatal.
A la par de las proyecciones, Gerardo Bravo informó que en el centro cultural La Carmela hay talleres de educación continua, talleres artísticos, talleres de lectura, talleres de patrimonio cultural, talleres de patrimonio biocultural, espacios para la salud y actividades físicas. “La oferta cultural es abundante y no sólo cultural, sino de salud, educativa y social. Es un centro importante para la sociedad”.
Para saber más se puede visitar el sitio electrónico https://sc.puebla.gob.mx/la-carmela