El gobernador de Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta, definió la contaminación del río Atoyac como “un elemento de crisis” a resolver por su gobierno y el de su homóloga y copartidaria, Lorena Cuéllar Cisneros.
En la rueda de medios que desde Casa Aguayo brindó ayer por la mañana, el titular del Poder Ejecutivo poblano explicó que el acuerdo firmado la víspera con la mandataria tlaxcalteca supone inversión de recursos para resolver problemas estratégicos en 39 municipios de ambas entidades, en materia de movilidad –porque hay transporte público pirata–, de delincuencia –debido a que hay delincuentes que cometen sus ilícitos en un estado y se refugian en otro–, amén de medio ambiente.
Los proyectos de las administraciones de Puebla y Tlaxcala, abundó Barbosa Huerta, contarán con el apoyo de la Secretaría de Desarrollo, Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), pero no para construir mercados o arreglar zócalos, sino para asuntos de mayor envergadura.
En esa lógica, el gobernador reprochó que la Sedatu ha maltratado a su gobierno, pero dijo que va a trabajar con la dependencia, pese a eso.
“Efectivamente, el día de ayer (miércoles) se suscribió un convenio de coordinación de la zona metropolitana Puebla–Tlaxcala. Es importante referir que es por lo que respecta al número de municipios que involucra la segunda zona más importante del país, metropolitana o conurbada, como le conocen, 20 municipios de Tlaxcala y 19 municipios de Puebla, y por lo que respecta a número de habitantes es la cuarta zona más importante; entiendo que la primera es la de estado de México, debe de haber en Jalisco una zona conurbada muy grande, en Nuevo León también una tercera y Puebla–Tlaxcala es la la cuarta en cuanto a número de habitantes. ¿Qué significa esto? A ver, es que hay que entenderlo”, expresó Barbosa Huerta.
Y agregó: “Zona conurbada es generar una planeación del desarrollo de esta área tan importante de los dos estados, en los temas estratégicos. ¿Cuáles son los temas estratégicos? Sin duda que es la contaminación, en donde el río Atoyac es un elemento de crisis. Después, la diminución de la contaminación del aire, también la movilidad, cuántas vías de comunicación hay entre los dos estados en esta zona tan importante; cuánto transporte público de Tlaxcala entra a territorio poblano y cuántos transportes poblanos entran a territorito de Tlaxcala en todo momento, unos de manera legal y otros violando los reglamentos, y la movilidad”.
Abundó: “Los temas de seguridad pública: muchos delincuentes cometen delitos en Tlaxcala y se esconden en Puebla y viceversa; entonces el intercambio de información y colaboración de autoridades investigadoras, policías y fiscalías, parece que ahí no hay fiscalía, todavía es procuraduría, son elementos de los que tienen que estar resolviéndose”.
“Pero aquí hay una condición, si Sedatu federal no aporta elementos de estrategia y elementos financieros, no va a funcionar esto. Dentro del siguiente mes, a partir de la suscripción del convenio, habrá un documento técnico que contenga todos los elementos de esta planeación de desarrollo económico, social, cultural, ya lo dije en materia de seguridad, de movilidad, de disminución de contaminación, de obras comunes, todo esto tiene que estar contenido en documentos, tienen que participar en la elaboración de los documentos, los gobiernos de los estados, los gobiernos municipales, pero Sedatu federal…”
“¿Cuántos proyectos comunes se han desarrollado en los recientes años entre Puebla y Tlaxcala, con mezcla de los recursos de ambos estados? Ninguno, porque no había una planeación, y no puede entenderse un desarrollo de una zona conurbada de millones de habitantes sin el apoyo, sin la dirección, sin la coordinación del gobierno federal. Entonces tiene que ser gobierno federal, Sedatu, gobierno de los estados, sus áreas especializadas, que en Puebla es la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Urbanístico, los nombres técnicos que son los correctos, y gobiernos municipales”, aseveró.