La producción mundial de alimentos es controlada por un modelo de producción agroindustrial extensiva que consume y contamina recursos naturales vorazmente, con el único propósito de generar acumulación.
Esta explotación está dominada por contadas compañías transnacionales que controlan el mercado de las semillas e insumos, maximizan los rendimientos con el uso de promotores de crecimiento sintéticos, e ingredientes sustitutos en la agroindustria, generando mayores márgenes de ganancia, y empobreciendo la calidad de los productos, situación que es incompatible con la salud y la vida. Todo esto, acompañado de enormes campañas publicitarias que en su mayoría resultan engañosas.
Desde finales de la década de los ochenta hasta la actualidad, la expansión del capitalismo a escala mundial ha generado un “régimen agroalimentario imperialista”, que pone reglas, organiza la producción, comercialización, distribución, el consumo de alimentos y productos agropecuarios a escala mundial en favor de los intereses económicos y políticos de los países ricos, en detrimento de los países en desarrollo.
El aumento de los precios de los alimentos empezó a mediados del año 2021 y, desde entonces, ha ido a más. La pandemia, la crisis energética mundial, el cambio climático, la guerra entre Rusia y Ucrania, y la inflación global, son factores que vienen afectando el alza en el precio de los alimentos, tanto frescos como procesados. La lluvia es un factor fundamental para la vida de los ecosistemas, incluyendo la agricultura de temporal. México, depende en un 80 por ciento del temporal y este 2023 está resultando muy complicado por la escasez de lluvia y las altas temperaturas.
El 18 de enero de 2019, se publicó por decreto presidencial la creación del organismo público Seguridad Alimentaria Mexicana (SEGALMEX), cuyo objetivo es favorecer la productividad agroalimentaria mexicana y su distribución en beneficio de la población más rezagada, además de que, este tiene a su cargo la venta, distribución y en su caso la importación de fertilizantes y productos diversos que se ocupan para lograr el objetivo; sin embargo, este organismo se encuentra envuelto en enormes escándalos de corrupción e irregularidades que superan los 15 mil mdp. SEGALMEX se ha constituido en el hoyo negro de la Cuarta Transformación.
El 4 de mayo de 2022 el Ejecutivo Federal dio a conocer el Paquete Contra la Inflación y la Carestía, con el propósito de reducir la inflación y la caída en el consumo de los hogares mexicanos, exentando de arancel a la importación a 21 productos genéricos de la canasta básica y seis insumos estratégicos. El paquete consideró el acuerdo entre el Gobierno de México, productores, distribuidores y comerciantes, buscando garantizar precios justos en los productos de la canasta básica; lo cual ha resultado una falacia porque los importadores y distribuidores mantienen al alza los precios de los alimentos al consumidor. Además, el exento pasa a afectar la producción nacional. Una decisión inteligente sería “Primero consumo lo local y luego compro lo que me hace falta”.
La dependencia alimentaria de México sigue incrementándose, sometida a voluntades y caprichos del mercado exterior, la autoproducción nacional y la autosuficiencia alimentaria son una prioridad, pero siguen ausentes en la agenda pública.