Transportistas de la zona del volcán protestaron ayer frente a las oficinas de Autofin, en el centro de la ciudad de Puebla, debido a que en algunos casos han pasado más de dos años sin que la empresa entregue los vehículos March y Urvan por los cuales han estado pagando.
Los agraviados indicaron que podrían ser hasta 125 personas las que están en la misma situación que ellos.
Explicaron que en los contratos que signaron se estableció que les darían las unidades a los dos o tres meses de comenzar a pagar, pero la financiera siempre les pone pretextos para cumplir con lo que le corresponde, arguyendo escasez de vehículos, afectaciones por la pandemia de Covid-19 y hasta por sismos.
Los transportistas indicaron que hasta cuatro años les tomó que la Secretaría de Movilidad les autorizara sus concesiones, mismas que temen perder debido a que no pueden presentar los vehículos.
Álvaro Jiménez Ramírez es uno de los afectados, ha pagado 33 mensualidades de cada una de las dos camionetas que eligió, añadió que la cantidad que ha erogado equivale a más del 50 por ciento de su precio.
Cuando recién firmó el contrato una de las vendedoras le dijo que en máximo dos o tres meses le entregarían las unidades, lo cual no ha ocurrido.
Fernando Allende, por su parte, detalló que desde julio de 2022 celebró contrato con la empresa y solamente le dan largas.
Los compradores coincidieron en que Autofin busca zafarse de su compromiso, pidiendo cada vez más documentos para alargar la entrega.
Luis Vélez, por su parte, relató que su mamá compró un automóvil hace un año y cuatro meses para operarlo como taxi, pero en recurrentes ocasiones le han mentido sobre darle la unidad.
Ya ha acudido a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), donde le confirmaron que Autofin es una de las firmas con más quejas.
“Le empezaron a pedir documentos, dice mi mamá: ya nada más faltaba la vacuna del perro, queriendo ganar tiempo. Nosotros creíamos que querían ganar tiempo hace más de un año, imagínense todo el tiempo que lleva y obviamente aquí se paga, se paga y se paga. Nos dicen: ya la otra semana, no canceles, y a todos les han dicho exactamente lo mismo, te prometen que van a hablar con no sé quién, que ya están en las agencias los vehículos y al final nada”.
Otra situación que expusieron es que no pueden dejar de pagar porque les cobrarían intereses, mientras que deshacer el contrato les representaría perder cuando menos 10 mil pesos por cada unidad y también tardaría la devolución del dinero.
Los quejosos se retiraron del lugar con la promesa del encargado de la sucursal, Miguel Domínguez, de que –supuestamente– ahora sí entregarán los vehículos en una semana, pero solo los March.