Enaltecer el carnaval, generar un proceso de diálogo hacia afuera que se vea reflejado hacia adentro, y dar una visión al interior, para ver cómo los propios participantes del carnaval ven a la tradición en sí, son los propósitos que circundan el proyecto Raíces y resiliencia que el artista poblano Chauiztle abrirá en la Galería 16 de manera autogestiva, con el apoyo de otros proyectos de gestión locales, para mostrar el trabajo pictórico que ha realizado durante los últimos dos años en torno al carnaval de San Baltazar Atlimeyaya, comunidad cercana a Atlixco y ubicada en las faldas del volcán Popocatépetl.
Con sus obras, Chauiztle busca remarcar la relevancia que las tradiciones, festividades, manifestaciones culturales y visualidades locales tienen en su vida y producción, en particular los personajes, bailes, trajes e historias que hay en el carnaval. Raíces y resiliencia, destaca, es un proyecto artístico integrado por un trabajo de investigación, conceptualización y creación pictórica, cuya etapa final será la intervención en el espacio público en las calles del propio Atlimeyaya.
Durante una entrevista que podrá ser vista en las redes sociales de este diario, el artista urbano explica que el carnaval de Atlimeyaya es una parte importante de la cultura cotidiana de la comunidad, por lo que como artista buscó representar gráficamente lo que se vive en esta celebración, la más importante festividad del pueblo.
Dijo que, si bien paso su infancia en su comunidad, luego tuvo que salir por diversas razones y al regresar se dio cuenta de la importancia del carnaval, en la que cada participante de la comunidad está imbuido. Refirió que, no obstante el carnaval se había casi extinto, pues tenía entre 10 y 12 años que no se realizaba, un grupo de vecinos decidió rescatarlo. “Como todos los carnavales, el de Atlimeyaya fue atravesado por una serie de factores que lo cambiaron, pero le permitieron seguir. Si solo contaba con tres personajes: el Zacapoaxtla, el dominó –un arlequín- que es propio de la comunidad y el Huehuetaxca, se han incorporado otros, nutrido de expresiones regionales, transformándose y sobreviviendo”.
Chauiztle anota que, en este rescate, que fue de la música y los pasos de baile –a cargo de Mireya López, una profesora de educación física que dedicó su tesis a su recuperación-, él está consciente que la fuerza del principal del carnaval recae en sus propios participantes, por lo que su tarea fue la de ser un complemento, respetuoso de las formas y costumbres que se suscitan en él.
“Personalmente, busco dar a conocer al carnaval desde adentro, para saber cómo nos vemos y cómo nos queremos ver. Cuando sale la gráfica y se ve reconocida en otros ojos, entonces hay una revalorización de las propias tradiciones, las cuales fueron afectadas por la globalización que provocó un desarraigo, y que ahora se trata de combatir”, refiere en la charla.
Acota que la serie Raíces y resiliencia, compuesta por 19 obras pictóricas y un par de prints, así como por material audiovisual que permitirá al visitante conocer un poco sobre la forma en la que se realiza el carnaval en la actualidad, seguirá ampliándose pues es la columna vertebral de su trabajo, el cual tuvo también acción en Acatlán y los Tecuanes, y en Cuetzalan con estudiantes de un bachillerato indígena en los que trabajó en torno al rescate de su identidad. En ese sentido, menciona que el carnaval, algo que entiende como una cosmovisión, le ayuda a profundizar en su obra y a no poner las cosas bonitas o folklóricas, ni a confundir turismo con cultura, sino a dotar de significado a cada pieza para que no se convierta en un artículo de postal, un artículo de fotografía sin significado, que se vea inserto en el mercado y pierda totalmente su significado y significante.
Lo anterior, enfatiza, porque su premisa es no volver a sus piezas en meros objetos de mercado por su valor estético, ya que sabe que “hay una línea delgada, una cuerda floja en la que se camina” como artista. Completó que él se mantiene al margen de esa dinámica, pues más que generar gráfica le interesa hacer comunidad. Por tanto, además de que parte de sus ganancias se destinan a su comunidad, apuesta a la autogestión, que dice es auténtica, porque no hay empresas, ni becas, ni instituciones detrás, más que la obra en sí. “Es ir a contracorriente, sabiendo que el dinero es necesario, pero no cuando se pone por encima de otras cosas, como la dignidad de los pueblos”.
Chauiztle señala además que el proceso que comenzó en 2019 con documentación de fotografía y recuperación en medio de dos años de contingencia que retrasaron el proceso, presentará su trabajo en la ciudad de Puebla y regresará a la comunidad con nuevos bríos. “En pasos posteriores, cuando pintemos murales en la comunidad, se intentará combatir este pensamiento neoliberal con la defensa del territorio, de las tradiciones, no en un afán conservador sino con nuevos bríos, un segundo aire, para seguir resistiendo”.
Ello, acota, porque su metodología es “pintar obedeciendo” a partir del encuentro con la comunidad y el acuerdo para retratar algo que sea conveniente tanto para el artista como para el ocupante del espacio. “Esto somos, así nos vemos, y esto es lo que queremos llegar a ser, ese el proceso para que el mural se convierta en un orgullo de la comunidad”.
La exposición Raíces y Resiliencia de Chauiztle, un artista autodidacta que comenzó a realizar su obra en el año 2016 fuertemente influido por la gráfica oaxaqueña para profesionalizarse un año después, abrirá el próximo 6 de abril a las 18 horas en la Galería 16, un espacio independiente ubicado en la 16 de septiembre número 706, en pleno Centro Histórico de Puebla.
