El fin de semana pasado, arrancaron formalmente las campañas a la gubernatura de Puebla. Destacadamente sobresalió la del morenista Alejandro Armenta Mier, en tanto contó con la presencia de la candidata presidencial Claudia Sheinbaum Pardo, en una colmada plaza en Izúcar de Matamoros, ante aproximadamente veinte mil personas.
En términos generales salió bien el evento, pero no terso como lo hubiesen querido los promotores, lo cual esperemos que no se exprese después en la diferenciación de la votación y, por lo mismo, del incumplimiento pleno del llamado Plan C, por lo menos en la votación federal y en la composición de la Cámara de Diputados local. Ya antes había causado escozor el anuncio del equipo de campaña del candidato a gobernador de Morena, su carácter pluripartidista, con resabios de marinismo y cero de propuestas de izquierda, lo cual pudiese evidenciar el equipo de gobierno que se podría integrar en el escenario ganador. Pero no quedarían las cosas así, pues previo a la celebración del acto en Izúcar, base morenista y lugareños, se manifestaron para protestar por la posible relección de la presidenta municipal, Irene Olea Torres, cuyo personal, por cierto, intentó deshacer la movilización con el uso de la fuerza.
Algunas notas periodísticas locales habían señalado la inquietud del todavía legislador Ignacio Mier, candidato al Senado por Morena, al recibir un extrañamiento de los partidos de la Coalición “Sigamos haciendo historia” por atender a quejosos de la forma como se había dado la definición de las candidaturas. Incluso, se especula que originalmente no quería subir al templete en Izúcar hasta que fueron por él para convencerlo.
Algunos pensarán que son manifestaciones nimias que, al final, no afectarían los resultados electorales esperados por la cúpula morenista, pero si es previsible que pudiese causar un hoyo abajo, en la base partidista, en algunos municipios y distritos del estado. De paso, se seguiría acrecentando la distancia que separa a Morena de la izquierda. Lamentablemente, esto no sucede solo en Puebla. Esta es la parte preocupante, que por lo mismo no hay que soslayar y si subrayar los aspectos positivos del escenario político poblano, donde la visita de la candidata presidencial en el arranque de campaña, evidencia la importancia que sabe tiene esta entidad en un escenario ganador y por lo mismo, requiere darle un justo tratamiento.
En este sentido, en Izúcar se conoció el planteamiento de Claudia Sheinbaum Pardo para el desarrollo de la entidad: el tren CDMx–Puebla–Veracruz; la construcción de la carretera mixteca que va de Tehuacán a Chietla; la rehabilitación de la autopista que va a Veracruz, así como la instalación de agroparques. Esto implica la continuidad del proyecto de la Cuarta Transformación: dotar a todas las regiones de una suficiente infraestructura vial, lo cual contrasta con la tibia e insuficiente, desde mi punto de vista, propuesta del candidato a la gubernatura, quien anunció la fusión de las secretarías del Deporte, Arte y Cultura en una sola, como si eso fuera lo fundamental.
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