Ayer el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta dio a conocer el decreto que termina con 19 meses de actividades restringidas por causa del Covid–19 y da pie a la apertura total de todos los giros con aforos permitidos al 100 por ciento. No hay actividades públicas prohibidas en Puebla, salvo las que están tipificadas como delitos o infracciones a los bandos municipales. Los antros, bares, centros nocturnos, table dance y similares podrán funcionar con un horario de cierre hasta las 2 de la madrugada. El titular del Poder Ejecutivo advirtió que la veda para los centros nocturnos solo generaba corrupción, pues los dueños de dichos giros simulaban el cumplimiento de la prohibición, solapados por autoridades estatales y municipales.
A su vez, los dirigentes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), estimaron que con la reapertura al 100 por ciento de todas las actividades económicas, alrededor de 3 mil 500 empleos directos se recuperarán en un principio. Los dirigentes celebraron la decisión del gobierno estatal de permitir el regreso de todos los sectores y con aforo total, ya que, dijo, es un impulso importante para la reactivación económica de la entidad.
Coincidieron en comentar que ahora toca a las empresas y comercios ser cautelosos y seguir respetando las medidas sanitarias para evitar regresar a un confinamiento parcial.
La reactivación es necesaria ante la parálisis económica que tuvo como contraparte para los trabajadores el aumento del desempleo, una contracción salarial para muchos de los que mantuvieron sus trabajos en la economía formal y una disminución significativa de los ingresos en los distintos sectores de la actividad informal.
No hay duda de que a la población y a la sociedad en su conjunto nos toca mantener también las medidas que minimicen los riesgos de contagio para enfrentar el avance de la pandemia ,que todavía se mantiene. Es obligado también imaginar maneras para convivir con el Covid sin que ello se traduzca en más muertes y mayor enfermedad, aunque conscientes de que la apertura total implica riesgos de mayores contagios.