Revelado como un pensador, un autor y un académico que hizo una obra literaria en el sentido más amplio del término, de Raúl Dorra Zech (San Pedro de Jujuy, Argentina, 5 de septiembre de 1937- Puebla, México, 13 de septiembre de 2019) aparecen reunidos todos sus cuentos como parte del proyecto editorial impulsado por las universidades Autónoma de Puebla y de Villa María, de Argentina.
El próximo martes 19 de marzo a las 16 horas en el tercer patio del edificio Carolino, en el marco de la edición 37 de la Feria Nacional del Libro de la UAP, será presentado el segundo volumen de la colección editorial pensada para reunir y dar una nueva vuelta a la obra legada por el novelista, traductor y estudioso de la lengua y la literatura.
En 2023 fue publicado El oficio del escritor, volumen cero deja ver la “pequeña de la gran variedad de intereses” que guiaron la vida y la obra de Raúl Dorra, interesado en cómo el mismo se había vuelto escritor, incluidos un par de poemas que fueron publicados por su autor en la revista Infame Turba y que luego “rescató del deshecho”.
Ahora, aparecen todos los cuentos, de Aquí en este destierro (1967) hasta Lecturas del calígrafo (2011), una edición coordinada por el también escritor Sebastián Gatti, quien señala que la obra de Raúl Dorra en realidad, más que mostrarse como una serie de líneas separadas de trabajo, demuestra algo desarrollado a lo largo de su trayectoria.
Se trata, expuso el pedagogo, de la aspiración de quien fuera impulsor y coordinador del programa de Semiótica y Estudios de la Significación (SES): el conformar una obra literatura en el sentido más amplio, no como una serie de textos sueltos sino como una composición escrita sobre temas variados pero siempre con la misma visión creadora y analítica, y con la misma sensibilidad.
“Cuando más lee uno la obra de Raúl más se da uno cuenta que es un conjunto armónico integral de textos que van más allá que la mera separación de géneros, en los que se nota esa integración creadora”, señala Gatti.
El coordinador del volumen expone, mediante una breve entrevista, que en estos cuentos reunidos algo interesante fue que el editor responsable de este volumen Carlos Gazzera, de la Editorial Universitaria de Villa María, tuvo como una de sus preocupaciones el juntar todos los cuentos publicados en libros diversos, haciendo una obra que fuera más allá de convertirse en adorno o destinada solamente para el estudio de lectores especializados.
“No fue así; al contrario, no sólo se pudieron reunir todos los cuentos de Raúl sino que éstos funcionan bien juntos todos en un solo volumen. Tratamos de ser respetuosos en la cronología y la escritura. Así, cuando los lees en conjunto, te das cuenta de que esta integración es notable no sólo en el conjunto completo sino en sus subpartes”, apunta el autor de los libros Recuerdos de Lucinda y otros Grimaldi de este lado, y El actor furtivo. Un diario de viaje.
Acota que este aspecto completo, circular, de “integración creadora”, era algo que se notaba en la obra de Raúl Dorra y en lo que él insistía. Por tanto, a casi un lustro de su fallecimiento, el haber iniciado este emprendimiento de reunir su legado permite verlo de una manera fresca aun conociendo todo o una parte de su obra.
“Parte de la intención de la reedición es volver a poner disponibles los libros que eran difíciles o imposibles de encontrar, además de poder ver la obra o una gran parte de ella en una colección con sentido integral, que permite ver con claridad lo que ya se sabía”.
Ello, continúa Gatti, deja verse también en sus cuentos, pues en sus diversos libros el merecedor en 2018 de la Medalla Clavijero –el máximo galardón que la UAP otorga a sus académicos-, fue abundando en líneas que estaban desde el principio desde su primer libro, con la serie de registros verbales, de formas de narrar, de recursos a un lenguaje muy culto y en otros casos registros de habla popular.
“Era un espléndido recreador porque tenía, como estudioso de la literatura, un oído fino para las tradiciones populares, al especializarse en la literatura oral. Raúl tenía un oído atento y una enorme capacidad para reproducir y recrear esos registros verbales”, que lo reconocen como dueño de “un virtuosismo literario”, en donde los registros verbales populares aparecen en medio de los registros cultos.
Así, el coordinador de este volumen propone que más que destacar un cuento, el libro es una serie de cuentos que van encontrando con mayor o menor intensidad la totalidad de la propuesta literaria e intelectual de Raúl Dorra.
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“Iría más lejos, pues creo que la obra de Raúl fue en muchos sentidos adelantada a su tiempo; hoy en día, esta obra puede encontrar más y mejores lectores que los que tuvo en su momento por muchas razones; entre ellas, porque escribió toda su vida fuera del mainstream, de los canales principales de la producción literaria, algo que no era de su interés”, dijo el especialista.
Gatti completó que lo que estaba haciendo Dorra lo adelanta a la literatura más reciente, más actual, por “el tipo de escritura, los temas y las formas en que se aproximaba a los personajes y sus emociones”, siendo ese uno de los aspectos más interesantes de recuperar la obra del exiliado argentino llegado a México en 1976.