Francisca Moreno Fuentes, Gregoria Rojas Boleaga, Silvestrina Mejía Andrade, Luis Petla Torres y César Torres Ramírez son los cinco Tesoros Humanos Vivos de Puebla, todos mayores de 70 años de edad, en cuyas manos y conocimientos se conservan y traspasan las tradiciones heredadas de sus familias y sus pueblos.
A través del mismo número de videos, cada uno de los seleccionados en la convocatoria emitida en 2023 por la Secretaría de Cultura de Puebla da cuenta del saber, tradición y creencia que conservan y transmiten hacia sus comunidades, en un quehacer cultural que recrea y salvaguardia el patrimonio cultural inmaterial de esta entidad.
Reconocidos en 2023 en Casa de Cultura, en un acto en el que les fue entregado el galardón de Tesoros Humanos Vivos y un apoyo económico de 60 mil pesos a cada uno, los beneficiarios de la convocatoria dejan ver la importancia que tienen los abuelos para las comunidades.
De paso, como se indica en la convocatoria realizada bajo el Programa de Apoyos a la Cultura en su vertiente Apoyo a Instituciones Estatales de Cultura 2023 del gobierno de México, se puede conocer cómo representan el patrimonio comunitario que brinda identidad a las comunidades.
Su labor de preservación de conocimientos se reconoce además porque sucede en el contexto de un evento o actividad que significa la transmisión práctica y simbólica de la disciplina en la que cada uno es reconocido.
En un primer video, Francisca Moreno Fuentes toma con sus dos manos la cabeza de una niña, mientras va succionando y resoplando el agua que contiene en su boca por una de las sienes de su pequeña paciente. “Dani por el amor de dios vuelve a tu sombra”, le indica mientras repite esa acción por uno de sus brazos.
Doña Francisca fue reconocida como Tesoro Humano Vivo por ser portadora de conocimientos relacionados con el universo y la naturaleza, aplicados al ritual de la sombra.
En el breve video, desde su natal Huaquechula, la curandera señala que nació en “un cuartito chiquito” y confía que será ahí mismo desde donde se irá “otra vez”. “Por allá vivía una señora que curaba. Me llevó mi mamá y sí me compuse”, refiere mientras la cámara recorre su rostro.
De manera paciente, doña Francisca cuenta que quien no tiene sombra carece de pulso, a diferencia de quien sí tiene, pues se escucha en su muñeca, al apretar y al sentir el correr de la sangre.
“Les curo, como yo lo sentí, les tallo la espalda, se siente un consuelo, les tallo en sus coditos, con las hierbas y los maicitos, seis maicitos”, explica mientras toma a su pequeña paciente y le manda: “Dani por María santísima de Guadalupe ya no te espantes”.
En otro video, que tiene de fondo al activo volcán Popocatépetl, aparece Gregoria Rojas Boleaga, maestra artesana de las técnicas tradicionales de la elaboración de ayates de ixtle, oriunda de Atlixco.
En la producción, la artesana recuerda su niñez, de cuando arriaba borregos y chivos, siendo en esa tarea cuando aprendió a torcer el hilo del ixtle, algo que perfeccionó cuando se casó y comenzó a hacer ayates.
“Todo servía: el ayate servía para ir a pizcar, para traer la mazorca, lo carga el burro, para una mujer recién aliviada con ese lo cargaba, con el ayate, se baña y lo carga, ya lo bañaron y lo carga”, dice la maestra artesana.
Pensativa, doña Gregoria expresa incluso un deseo para el día en que muera: que le hagan sus huaraches de ixtle, porque compara diciendo que el mismo Jesús tenía sus propios huaraches de este material natural.
A ellas, se suma Silvestrina Mejía Andrade, portadora de las técnicas artesanales del hilado de lana y su teñido con elementos naturales, además de la cocina tradicional de Tochimilco.
En su video, mientras sostiene con su mano una pequeña bola de lana de borrego que escarmena, cuenta que es oriunda de Santa Cruz Cuautomatitla y se dedica a la artesanía de los gabanes, la cual aprendió de su mama desde sus 13 años de edad.
Fue ahí, dice memoriosa, cuando empezaba a escarmenar el material y se ponía abajo del bastidor de su mamá, mientras subían que unos hilos subían y otros bajaban.
Recordó que fue a sus 15 años, animada por su mamá, como empezó a tejer una cobija grande para ella y sus hermanas, para no tener frío. “Con eso aprendí a hilar, a tejer y a hacer todo”, cuenta contenta.
En otro video, aparece Luis Petla Torres, músico violinista de la Danza de los Vaqueros, recreada de manera tradicional en honor al Señor de Coculco, de Ajalpan.
Con el sonido de fondo de su violín e imágenes de murales en donde aparece el quehacer musical de esta comunidad en la que niños aparece cargando toritos de papel, don Luis afirma que desde niño le gusta y aprendió este oficio musical.
“Desde niño me compraron mi violincito, me gustó aprender. A lo mejor dios me ayudó bueno si me grabe, sé que me quedó grabado”, expone animado mientras una voz en off explica que don Luis la música le fue heredada por “viejitos violinistas de antes”, por lo que es el último de la “generación de oro de danza de vaqueros y violinistas de esas épocas”.
Con una sonrisa, don Luis confía que su oficio de músico “es bonito” y le hace sentirse contento al participar en esta fiesta de mayo. “Ahí estamos bailando, me siento contento. Ora si como dicen los vaqueros que siga la fiesta”.
De Puebla capital aparece César Torres Ramírez, maestro artesano de los procesos tradicionales de la elaboración de la Talavera, proceso binacional reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) en 2019, al lado de Tlaxcala, aquí en México, y de las localidades españolas de Talavera de la Reina y El Puente del Arzobispo.
“El palpar el barro es muy rico porque ahí iniciamos algo que ya estamos pensamos cómo va a quedar terminado”, dice don César al abrir el pequeño video en el que explica que su oficio viene de familia.
“Mis primeros pininos fue el palpar el barro, el jugar con él, sentir cómo se resecaba en las manos”, expone el artesano, al recordar que con su papá y hermanos estaba consciente de su responsabilidad al tener en sus manos piezas que hizo su abuelo.
“Mi trabajo lo desempeño con orgullo gusto y respeto, que nuestros antecesores tuvieron el gusto de producir y preservar, gracias a ellos estamos aquí hoy”, apunta don César Torres en el video disponible en las redes sociales de la secretaría.