Ambrosio Guzmán Álvarez (Tepeaca, 29 de septiembre de 1939) es el nuevo titular del Centro en Puebla del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). El urbanista y arquitecto de formación, defensor del patrimonio edificado poblano y dibujante, dice que uno de los principales objetivos de esta gestión que comienza será atender el patrimonio que fue dañado por el sismo del 19 de septiembre de 2017, porque las comunidades ansían tener de vuelta los espacios edificados que forman parte de su identidad.
Desde este miércoles 9 de diciembre, el académico y ex funcionario de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), en donde realizó trabajos importantes como la recuperación de 17 casonas antiguas que ahora forman parte de la infraestructura universitaria, ocupa el puesto que ostentara el antropólogo Víctor Hugo Valencia Valera.
Durante una breve entrevista, Guzmán señala que el trabajo al frente del INAH en Puebla se centrará, primero, en revisar el estado que guardan asuntos particulares del sismo del 19 de septiembre: lo mismo el estado de los inmuebles que la forma en que han sido ocupados los seguros contratados por la institución a Banorte así como lo recursos etiquetados a los diferentes contratistas.
“Hay que resolver ese renglón, hay que transparentar –los recursos-, hay que hacer las obras”, señala quien hasta hace unos días fuera secretario general en México del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), organismo perteneciente a la Unesco.
Agrega que, reunido este martes 8 de enero en la Ciudad de México con el director general del INAH, Diego Prieto Hernández, ratificado en dicho cargo por el presidente Andrés Manuel López Obrador, decidió aceptar la propuesta precisamente por el cambio que se vive en el país a partir de la llegada del ejecutivo federal.
Guzmán Álvarez expuso que en dicha reunión se plantearon la serie de cambios que vienen bajo esta nueva administración federal, los cuales están ligados a las intervenciones que están pendientes a causa del sismo.
“Esta decisión será de aprendizaje. Lo vamos a hacer con la mejor intención, para que avancen las obras”, dijo.
Preciso que es necesario que se continúen los trabajos sobre todo en casos tan específicos como el ex convento de Huejotzingo, al cual él tiene un especial cariño debido a que trabajó en la apertura de las Capillas abiertas y del Portal de peregrinos, los cuales se vinieron abajo y sus restos siguen en el suelo tapados con plásticos.
De manera personal, definió que su entrada al INAH obedece a que esta es una de las dos instituciones que han formado parte de su vida académica y profesional, siendo la otra la UAP.
En la universidad pública, Ambrosio Guzmán fue secretario general de Rectoría, trabajó al lado del rector Alfonso Vélez Pliego en el rescate de las 17 casas antiguas, para luego trabajar en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego”, de donde pidió permiso sin goce de sueldo para asumir el cargo de director del Centro INAH Puebla,
En el INAH, en cambio, comenzó siendo estudiante y en el todavía Instituto Poblano de Antropología e Historia hizo su servicio social, para luego participar en programas como el Proyecto Cholula, y en años siguientes ser director del Departamento de Monumentos del Centro INAH de Occidente, que abarca los estados de Nayarit, Jalisco y Colima.
Por último, destaca su labor como defensor del patrimonio de Puebla, siendo secretario del Comité Defensor del Patrimonio que integran reconocidos académicos e investigadores, y su secretaría general en Icomos México, que dejará en unos días.