En el marco del Encuentro Nacional de Pueblos y Comunidades Envenenados, demandaron al gobierno de Puebla suspender el proyecto de un complejo turístico Malintzi, conocido como Ecoparques Tlalli Malinche. El plan fue calificado como destructivo por los participantes, quienes enfatizaron la necesidad de preservar los bienes naturales y culturales de la montaña o Matlalcueyetl.
“Exigimos poner un alto definitivo a la mercantilización y comercialización de los bienes naturales y culturales, especialmente de la montaña Malintzin o Matlalcueyetl. En este sentido, exigimos que se cancele el proyecto turístico destructivo llamado Ecoparques Tlalli Malinche, Puebla”, dijeron los participantes del cónclave que se llevó a cabo este fin de semana en Ocotlán, Tlaxcala.
Además, se exigió que se haga efectivo el compromiso del gobierno de México de sanear el río Atoyac, uno de los cuerpos de agua más contaminados del país.
Durante el encuentro, se destacó el trabajo de organizaciones como la Coordinadora por Atoyac con Vida, el Centro Fray Julián Garcés Derechos Humanos y Desarrollo Local A.C. y la Pastoral de Derechos Humanos de la diócesis de Tlaxcala, cuya labor fue reconocida como un modelo nacional de articulación entre comunidades afectadas y especialistas.
También se reconoció la aportación que han hecho científicos que han estudiado a profundidad los problemas socioambientales para ofrecer soluciones viables.
En el pronunciamiento se incluyó una dura crítica a la falta de acción de las autoridades para atender las problemáticas ambientales:
“Hemos sufrido la violación de todos los derechos que nos otorga nuestra Constitución, mientras las autoridades aprovechan su descoordinación inducida y la fragmentación de sus competencias para omitir el cumplimiento de sus obligaciones”, dijeron
A pesar de que se reconoció la voluntad política de mejorar las condiciones del país en algunos aspectos, las comunidades manifestaron su indignación por la implementación de proyectos como el “nearshoring“, la minería a cielo abierto y los parques industriales sin evaluar los daños irreversibles que estos generan en los territorios y la población. También señalaron la impunidad de grandes capitales y la falta de reparación de los daños ambientales e institucionales acumulados históricamente.
Este pronunciamiento busca enfatizar la urgencia de garantizar una vida saludable para las comunidades afectadas y prevenir futuros procesos contaminantes en regiones vulnerables como el río Atoyac, el río Sonora y la región de los cenotes en Yucatán, entre otras.