Bélgica, ofreciendo a Amberes como ciudad sede, encaró la organización de los primeros Juegos Olímpicos tras la Gran Guerra. En este certamen, el VII (el COI tomó la costumbre de numerar las justas aunque no fuesen llevadas a cabo), destacó la ausencia de las principales naciones perdedoras en la conflagración mundial: Alemania, Austria, Hungría y Bulgaria, entre otras. Fue también a partir de esta edición que Rusia, ahora integrada a la joven Unión Soviética, dejó de participar.
En la justa efectuada en el otrora Flandes se utilizó por primera vez el emblema –ideado por Coubertin– con el que hoy en día se identifica al movimiento olímpico: los cinco aros entrelazados, representando a los cinco continentes, sobre un fondo blanco. Estados Unidos volvió a dominar las competencias, encabezando el medallero con 41 preseas de oro, 27 de plata y 27 de bronce (95 en total), seguido de lejos por Suecia (64 medallas: 19 de oro, 21 de plata y 24 de bronce). Este país sería reflejo de la potencia escandinava de la época. El otro gran exponente de esa región europea era Finlandia, que quedó cuarta en el medallero, y de entre su delegación destacó Paavo Johannes Nurmi (1897–1973), atleta de fondo y medio fondo que obtuvo dos medallas de oro (en campo a través individual y en los 10 mil metros) y una de plata (en 5 mil metros). Otros deportistas destacados en Amberes 1920 fueron lo hermanos Nadi, de Italia. Entre los dos (Nedo y Aldo) obtuvieron ocho medallas de oro y una de plata en esgrima. Nedo ya había sido medallista de oro en Estocolmo 1912.