El Museo de arte religioso ex convento de Santa Mónica prepara una serie de charlas y reflexiones en torno al Día de Muertos, una tradición de herencia mesoamericana que tiene un amplio eco hasta el día de hoy.
Del martes 26 al viernes 29 de octubre, con la apertura de la ofrenda que se montará en este espacio adscrito al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se conmemorará esta fecha que, según la cosmovisión prehispánica, marca el regreso de los fallecidos a este mundo, en un encuentro con los vivos que es una celebración, una fiesta.
Por segundo año, en el contexto de la aún vigente contingencia marcada por el Covid-19, la serie de conferencias serán de manera virtual, con transmisiones en vivo por la página de facebook de Museo de arte religioso ex convento de Santa Mónica, programadas a las 12 horas.
El ciclo abrirá el martes 26 de octubre con el tema Las ofrendas y la cultura de conquista, a cargo del historiador y director del museo Sergio Moisés Andrade.
Continuará el miércoles 27 del mes con la charla Tradiciones inventadas sobre el Día de muertos, a cargo del director del Museos del Centro INAH Puebla, Raúl Nivón Ramírez.
Las conferencias cerrarán el jueves 26 de octubre con La riqueza artística y cultural de los espacios funerarios, a cargo de la historiadora del arte María Elena Estefanón, especialista en el arte funerario del país.
Para el viernes 29 de octubre, también a las 12 horas, se hará la apertura de la Ofrenda anual seguida de la charla Tradición y mestizaje, programada a las 17 horas, que será ofrecida por Jesús Joel Peña Espinosa, investigador del Centro INAH Puebla.
Destaca que en 2020, la ofrenda fue dedicada al personal de la salud fallecido por Covid-19 que, de manera anónima, fue homenajeado por atender a quienes, como ellos, padecieron al nuevo coronavirus.
El altar constó de nueve niveles que refirieron a los nueve niveles del inframundo prehispánico, en los que se integran elementos tradicionales como moles y pipianes, dulce de calabaza y camote, alegrías y hojaldras, mandarinas y naranjas, tequilas, cafés, refrescos y cervezas, flores de cempasúchil, terciopelo rojo y crisantemos, además de veladoras, cruces hechas con granos de maíz y pétalos, papel picado de diversos colores, entre otros productos.
Se trató no solo de un homenaje, explicó entonces el director Sergio Moisés Andrade, sino de rescatar una tradición que es base de una cultura como la mexicana. “Este rescate tiene que ver con herencias prehispánicas y con elementos de la cultura hispana. Es importante mantener este proceso de recuerdo, porque tiene que ver con lo que fuimos y lo que vamos a hacer”, dijo.
Estimó que, en este proceso de globalización, a las nuevas generaciones “se les olvida” tomar sus raíces y optar por otras costumbres que son nuevas; ejemplo de ello, es el Halloween, una expresión que a Puebla llegó en los años 30 del siglo anterior, que en los años 60 y 70 tuvo “una explosión” de moda, misma que ha sido paliada en la actualidad por el rescate de las tradiciones originales que se ha hecho en los últimos años.