Abraham Sánchez González durante 18 años –entre los sexenios de Manuel Bartlett Díaz y Mario Marín Torres– fue el responsable del diseño del transporte público de Puebla, y durante todo ese tiempo provocó desorden, corrupción y abusos en este servicio. Ahora de manera sorpresiva ha regresado a jugar un papel protagónico en este sector, ya que ha sido nombrado comisionado para operar la puesta en marcha la nueva línea del metrobús, que será el derrotero 3 de RUTA.
Los efectos negativos de tal designación se han dejado sentir de inmediato, ya que ayer inició el trabajo de este funcionario de vender información privilegiada.
Este domingo, en el restaurante Mi Viejo Café de Plaza Exprés, muy cerca de Walmart de San Manuel, Abraham Sánchez se reunió con los concesionarios de las rutas M1 y M2 para informarles que sus líneas de camionetas y microbuses corren el riesgo de ser sacadas de circulación para ser desplazadas por una de las rutas alimentadoras que tendrá el circuito 3 del metrobús.
Y se dice que ahí se ofreció a ser un gestor para que puedan conservar el negocio de transportación de pasajeros y los derroteros de sus vehículos. Es decir, que ellos puedan ser la ruta alimentadora de la línea 3 del metrobús. Les habría pedido que no emprendan ningún recurso legal para proteger sus concesiones y lo dijo que lo más conveniente es que sea por la vía de la negociación como se buscará que no pierdan su actividad empresarial. Para de esa manera evitar “el enojo del gobierno del estado”.
Una fuente cercana a quienes participaron en la reunión narró a este columnista que, cerca del restaurante en cuestión, alguien habría estado cobrando a los concesionarios ahí reunidos la cantidad de 4 mil pesos por cada vehículo que tienen las Rutas MI y M2, en pago por la supuesta gestión de esa reunión. No pudo precisar quién era el encargado de recolectar ese dinero.
Los permisionarios que acudieron a ese encuentro con Abraham Sánchez tienen un total de 55 vehículos; por tanto habrían desembolsando unos 200 mil pesos por esa reunión, que duró entre dos y tres horas.
Algunos asistentes a la reunión se fueron convencidos de que Abraham Sánchez los va a salvar, pero otros se marcharon desconcertados, pues el gestor les habría advertido: que si al final el gobernador decide sacar las rutas M1 y M2 de circulación, nada se podrá hacer contra esa decisión.
La ruta M1 va de Santo Tomás Chiautla a la ciudad de Puebla, y la M2 va de San Pedro Xacachimalpa a la capital. La misma fuente que confió a este columnista el presunto cobro por la reunión, dijo que sería absurdo que estas líneas sigan funcionando, ya que cobran 5 pesos con 50 centavos el pasaje, que si se suma a los 7.50 pesos que cuesta RUTA, significaría que un recorrido en el metrobús ascendería a 13 pesos, la cual es una cifra desorbitada.
En cambio si se introduce una línea alimentadora de RUTA, un pasaje desde Chiautla o Xacachimalpa a cualquier estación de la línea 3 del metrobús tendría un precio de 7 pesos con 50 centavos.
Por lo que quedó un mal sabor de boca, una sensación de que la gestión que les fue ofrecer Abraham Sánchez podría acabar en un timo.
El negro pasado
Hace unos días en este espacio se advirtió que había la amenaza del regreso de la vieja mafia del transporte y que podría ocurrir en el próximo gobierno de Antonio Gali Fayad. Ese pronóstico al final estuvo medio acertado, ya que ese grupo que ha lucrado con el transporte público ya retornó a las filas del Poder Ejecutivo antes de que concluya el actual sexenio.
¿Por qué se cuestiona el retorno de Abraham Sánchez? Porque durante tres sexenios ocupó la estratégica Dirección de Ingeniería del Transporte del gobierno del estado. Desde esa oficina se diseñaron todas las rutas de camionetas, microbuses y autobuses dedicados a trasladar pasajeros en las zonas urbanas y suburbanas de la entidad.
Entre los concesionarios no es secreto que cuando se querían cambiar los derroteros de las rutas, para que los vehículos pasaran frente a escuelas, mercados, hospitales u oficinas públicas, se hacían pagos ilegales por fuera del gobierno del estado y entonces en la oficina de Ingeniería del Transporte se aprobaba las modificaciones de los recorridos.
Tal situación, que tuvo de protagonista a Abraham Sánchez, provocó que el transporte público de Puebla sea una maraña. Se privilegió que las rutas vehículos de traslado de pasajeros estuvieran trazadas para captar un alto número de pasajeros, en lugar de buscar que realicen recorridos rápidos y eficientes.
Se supone que RUTA surgió como la estrategia para acabar con el caos en que se encuentra el transporte público. Y ahora resulta que el gestor del metrobús es el funcionario público que provocó que dicho servicio sea ineficiente y esté viciado de prácticas abusivas.
Si algo tuvo positivo el gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas es que desplazó a quienes controlaban la mafia del transporte, encabezados por Abraham Sánchez, Anuar Musalem Valencia y Alberto Vivas, y ahora de manera nada congruente les abre la puerta de la administración estatal al final del sexenio, con el riesgo de que su poder corruptor se extienda a la gestión de Antonio Gali Fayad.