Jueves, abril 25, 2024

Al PRI le salió el tiro por la culata con Lastiri

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Una pregunta que muchos priistas se hacen: ¿De quién fue la catastrófica idea de invitar a un cargo partidista a Juan Carlos Lastiri Quirós, uno de los protagonistas de la estafa maestra? Y es que el regreso a la actividad política –luego de un año exacto de estar ausente– de quien fuera el brazo derecho de Rosario Robles Berlanga, significa no poderle quitar al PRI el estigma de que es el partido de la corrupción institucionalizada. Una huella adversa para una fuerza política que en Puebla pasa por su peor momento.

Se dice que el autor de la nada genial idea de regresar a Lastiri al redil del PRI fue de Javier Cacique Zárate, el actual secretario de Acción Electoral de la dirigencia nacional priista, pero que en realidad es quien mueve los hilos del partido en Puebla, por encima del presidente formal de esta fuerza política, Néstor Camarillo Medina.

Lastiri reapareció la semana pasada, en un muy deslucido evento del PRI, como nuevo secretario general de la CNOP. Pocos o casi nadie, vio el retorno del ex edil de Zacatlán como algo positivo para el Partido Revolucionario Institucional, pues su nombre aparece como una figura central en los escándalos mayúsculos de corrupción del gobierno de Enrique Peña Nieto.

El tema de la estafa maestra, que implicó el desvío de 5 mil millones de pesos al parecer para financiar campañas del PRI en el sexenio peñista, había pasado a un plano secundario por el escándalo que provocó las revelaciones que el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin, hizo sobre la manera en que se hicieron la compras fraudulentas de plantas de fertilizantes, se recibieron sobornos de Odebrecht y se pagó a legisladores opositores para  que aprobaran la reforma energética.

Ahora, con la determinación de Emilio Zebadúa González, el exoficial mayor de Rosario Robles, de acogerse a la figura de criterio de oportunidad –es decir ser testigo protegido– se reaviva el escándalo de la estafa maestra, en donde el nombre de Lastiri aparece por enésima vez como ejemplo del enriquecimiento meteórico que hubo de altos funcionarios del gobierno peñista.

Juan Carlos Lastiri al otro día de que lo nombró Néstor Camarillo y Javier Cacique saludó –por medio de una videoconferencia– su designación como secretario general de la CNOP, se presentó en las oficinas improvisadas del sector popular del tricolor, en donde fue recibido por representantes de diferentes organizaciones de comercientes y colonos, para después mostrarse ausente de las labores dicha confederación.

Parece que quiere pasar desapercibido, estar a la sombra, sobre todo a partir de la irrupción –este lunes– de la figura de Zebadúa como alguien que puede decir dónde quedó el dinero de la estafa maestra y quiénes fueron los beneficiarios.

El retorno de Lastiri, cuentan en el PRI, fue una “flamente idea” de Javier Casique, quien es el que impone los criterios de conducción del partido por encima de la figura de Néstor Camarillo.

Según cuentan algunas voces del tricolor, Cacique tiene la idea de armar un “dream team priista”, es decir incorporar al tricolor a sus figuras más relevantes, para crear un proyecto político que le de fuerza y presencia al partido para competir por la gubernatura en 2024.

En ese sentido, ha invitado a incoporarse al trabajo activo del partido a Blanca Alcalá, a Victor Manuel Giorgana, a José Chedraui Budib, a Valentín Meneses, a Jorge Estefan Chidiac, a Alberto Jiménez Merino y a Juan Carlos Lastiri.

Una propuesta muy pobre, ya que son los mismos actores priistas de los últimos 25 años y que hoy han dejado de ser figuras atractivas para el electorado y hasta para las bases del PRI.

Aunque lo grave, fue retornar a Lastiri al PRI, bajo la propuesta que podría ser candidato plurinimonal a diputado local. Es incorporar a un personaje que lleva tatuada la palabra corrupción a donde quiera que vaya.

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