La fundadora del colectivo La Voz de los Desaparecidos en Puebla, María Luisa Núñez Baroja, reveló que al día existe un promedio de seis personas desaparecidas ante las autoridades estatales, casos que podrían estar vinculados a diversos delitos, como el feminicidio, la trata de personas, explotación laboral, violencia intrafamiliar y hasta tráfico de órganos y tejidos en menores.
Sin embargo, María Luisa dijo que con la pandemia por Covid–19 se ha aletargado el proceso de investigación, porque se han suspendido las visitas a la Fiscalía General del Estado (FGE).
En ese sentido, advirtió que no hay peor virus en la sociedad que las desapariciones, la indiferencia, la apatía y la falta de trabajo de las autoridades estatales.
La vocera de la asociación civil informó que en los últimos dos años han desaparecido al menos 8 mil 500 personas en Puebla; sin embargo, el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED), hasta abril de 2018, solo reconoce 2 mil 69 casos.
Es decir, un aproximado de seis personas desaparecidas cada 24 horas según cifras de las autoridades.
Núñez Baroja dijo que la información oficial está alegada de la “cruda realidad” que viven las familias de las y los desaparecidos en Puebla.
Durante la presentación del informe hemerográfico del Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia del Estado de Puebla (CCSJ), la activista destacó que ninguna familia está preparada para saber qué hacer en una desaparición.
A esto se suma, refirió, que los agentes del Ministerio Público de la Fiscalía General del Estado se convierten en los principales violentadores de los derechos de las víctimas.
“En Puebla ya se creó la Fiscalía Especializada para la Investigación de los Delitos de Desaparición Forzada para apoyar a las familiares de la víctimas, no obstante, esta es inoperante”, acusó, de manera directa.
Argumentó que esto se debe a que no permiten recibir denuncias por desaparición hasta que se cumplen las 72 horas.
“Cuando desaparecen muchachas los agentes nos dicen seguro se fue con el novio, mañana regresa bien ‘pachangeada’; lo digo de manera sutil, pero en la Fiscalía criminalizan antes de iniciar una investigación”, repudió.
Como ejemplo de las malas prácticas citó a la Agencia del Ministerio Público de Tecamachalco, donde señaló que los agentes se inconforman cuando las familias llegan a interponer sus denuncias.
“Nos han informado que en Tecamachalco reciben de los agentes mala atención y trato déspota y grosero del Ministerio Público.
La activista explicó que la desaparición de personas es lo más lacerante que le puede ocurrir a cualquier familia y, en esta desaparición, enfatizó que confluyen diversos delitos, como el feminicidio, la trata de personas y el tráfico de órganos y tejidos.
Tratándose de mujeres que rebasan la edad de 17 años, rango con mayor incidencia de desaparecidas, dijo que la mayoría son orientadas no solo para la explotación sexual sino también laboral, como trabajadores domésticas.
Finalmente, destacó que los municipios que registran mayores desapariciones de mujeres, hombres y menores de edad se encuentran en la zona conurbana de Puebla, en la Sierra Norte y el valle de Tehuacán.
María Luisa fundó hace tres años La Voz de los Desaparecidos, a raíz de la desaparición de su hijo Juan de Dios Pérez, ocurrida el 28 de abril de 2017, en el municipio de Palmar de Bravo.
Juan de Dios desapareció tras salir de su casa para realizar unos pagos. Iba acompañado de sus amigos Abraham y Vicente Basurto Linares, cuando de regreso a su casa, Juan le marcó por teléfono para comentarle a su madre que había un retén y que no los dejaban pasar, que se irían por un camino vecinal, pero nunca llegó.