Desde hace cuatro meses Mircea Gabriel, de origen rumano, ofrece sanación de los dolores del cuerpo desde una banca ubicada en el corazón de la plaza de la Democracia, a un costado del edificio Carolino, fenómeno que se potenció en las últimas semanas en las redes sociales, lo que atrajo a cientos de personas de diferentes partes del país que hacen las largas filas para poder ser atendidos por el europeo.
Este viernes Gabriel cumplió 120 días en la ciudad de Puebla hasta donde trajo su técnica del “reiki” para tratar y desaparecer los dolores de las personas que confían en él, a cambio de cooperaciones voluntarias que han llegado a sumar hasta 700 pesos por paciente.
La plaza está inusualmente concurrida por las personas que a un costado del edificio Carolino de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) colocan sus sillas de plástico y madera, así como cartones y cobijas para pernoctar hasta tres días seguidos y ser consultados por el “rumano que sana dolores”.
El resto es gente inquieta por la escena que graba en sus teléfonos celulares para transmitir sus imágenes en sus cuentas de TikTok, Instagram, Facebook y Twitter.
Tomás Pani, un adulto mayor en silla de ruedas, suma 72 horas en espera de ser atendido por Mircea. Se encuentra a menos de 10 metros de pasar.
Sin embargo, en el lugar reina la desorganización y el desorden entre quienes asisten al europeo, lo que generó molestia en las personas que tenían mucho tiempo de espera.
Y es que gente desconocida levantó una lista para repartir “fichas”, y ellos mismos afirmaron que no se entregarían más lugares hasta el próximo martes, ya que todos los espacios estaban ocupados.
Durante el recorrido hecho por este medio de comunicación se corrió el rumor de que la ficha tenía un costo sin que alguien pudiera explicar si era una idea del rumano, de sus asistentes o de alguien que quería sacar provecho del tema.
La fila daba vuelta al edificio histórico y se extendía casi hasta llegar a la calle 6 Sur en el Barrio de Los Sapos, con personas que en su mayoría eran adultos mayores y mujeres, aunque también había hombres y niños, en menor medida.
Mientras tanto, el rumano, en su banca estaba rodeado por un lazo que hacía un perímetro, dentro del cuál solo podía estar él y dos pacientes.
Vestido con pantalón de mezclilla y una playera roja, Mircea Gabriel posa sus manos sobre dos pacientes a la vez con los que tarda entre 30 minutos y una hora para “curar” sus dolencias, mientras parece escuchar música a través de audífonos inalámbricos.
Dice ocupar la técnica del “reiki” conocida en redes sociales como “una forma de sanación que utiliza la fuerza de los arcángeles de Dios”.
De manera escueta el hombre dice tener cuatro meses en la capital del estado con respuestas escuetas y un claro español.
Su actividad ha suscitado polémica entre quienes tildan al hombre europeo de “charlatán” y otros que afirman que cura dolencias de huesos, espalda y hasta de cadera.
Lo anterior ocurre, al tiempo que en el ayuntamiento de la ciudad de Puebla se preguntan si la actividad del “rumano que cura dolores” representa o no una falta administrativa que deba regularse o incluso prohibirse.