En un giro de 180 grados, el ayuntamiento de José Chedraui Budib dejó de lado la prohibición contra más de 700 vendedores ambulantes en el Centro Histórico, así como el despliegue de un cerco policiaco, perfilándose en cambio acuerdos con las organizaciones de comerciantes. Entre las propuestas destaca no instalarse los días jueves, respetar horarios de instalación y mantener el arroyo vehicular y peatonal libres, según informó Francisco Rodríguez Álvarez, secretario de Gobernación municipal (Segom).
Los espacios incluidos en el acuerdo abarcan el corredor de la avenida 5 de Mayo, las calles 6, 8, 10 y 12 Oriente-Poniente, y las calles 3 y 5 Norte, donde actualmente operan los comerciantes.
En entrevista, Rodríguez Álvarez comentó que ya ha iniciado conversaciones con líderes de los ambulantes que la actual administración heredó en el Centro Histórico, con el objetivo de establecer reglas claras y sostenibles. Como primera medida, se propuso un descanso semanal los jueves, acompañado de jornadas de sanitización en las calles.
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El secretario agregó que el personal de Vía Pública solicitó a los vendedores respetar el arroyo vehicular y peatonal, y adelantó que los comerciantes no deberán instalarse durante los días del Buen Fin, del 15 al 18 de noviembre, en un acuerdo para respetar el comercio formal en esa temporada.
También se propondrá que los vendedores operen según un horario que corresponda a sus actividades; por ejemplo, quienes vendan alimentos como tamales tendrían permitido instalarse solo en las mañanas.
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“La propuesta es organizarlos por rubros para que la situación no se desborde. Nadie va a vender chalupas a las siete de la mañana. Estamos haciendo el padrón de las fiestas patronales para garantizar que todos tengan espacios”, subrayó.
Indicó que también se les solicitará que no se instalen de manera indiscriminada y que se respete el primer cuadro de la ciudad para conservar el nombramiento como Patrimonio Cultural de la Humanidad, designación que obtuvo en 1987.
Justificó el viraje respecto a la estrategia de la pasada administración bajo la premisa de que detrás de cada vendedor ambulante hay una abuelita, una madre soltera y personas que tienen una necesidad de llevar alimentos a su casa.
Destacó que las fiestas patronales no se entienden sin la presencia del comercio informal con la venta antojitos.
Reiteró que las vallas y el uso de la fuerza pública para ordenar a los vendedores ambulantes en el Centro Histórico de la ciudad de Puebla no tuvo ningún resultado efectivo, ya que también afectó al comercio formal.
“Dialogando con ellos entienden el tema de que el primer cuadro de la ciudad se rige bajo normas internacionales por ser Patrimonio Mundial de la Humanidad. Estaremos buscando en estas fechas importantes de celebraciones espacios para que puedan realizar en orden su actividad económica para que en la medida de lo posible tengan la menor presencia en el Centro Histórico”, subrayó.