Después de medio año en reclusión, Abraham Cordero Calderón salió este jueves en libertad bajo caución del penal de Atlixco, luego de pagar una fianza de 57 mil 700 pesos. El preso ambientalista fue encarcelado por oponerse a la construcción del proyecto carretero Arco Poniente que privatizará el tránsito por terrenos de cultivos de la región de la Sierra Nevada del estado de Puebla.
El Arco Poniente tendrá una extensión de 42.6 kilómetros, una inversión estimada en 198 millones de dólares y cruzará nueve municipios poblanos para conectar al Arco Norte con el estado de Morelos.
Con el puño de la mano derecha en alto, al salir de la cárcel Cordero Calderón envió un mensaje al gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, a quien pidió que la represión y el autoritarismo no sean el camino de su gobierno para solucionar las demandas del pueblo.
“Que entienda que la represión y el autoritarismo no son la solución. Se tiene que abrir al diálogo, con respeto, donde se solucionen las problemáticas que aquejan al Frente Campesino y a un sinfín de organizaciones sociales que hoy se movilizan en el estado”, declaró brevemente en el camino a las oficinas del Juzgado Civil, donde rindió su declaración.
Animado, aunque con los ojos acuosos a punto del llanto por la emoción, confirmó que no abandonará la lucha social en Puebla, pues dijo que tiene conocimiento de que existen más de 30 personas en su misma situación por oponerse a los megaproyectos del gobierno estatal.
“No abandonaré la lucha ni tengo rencor hacia el gobierno por mi encarcelamiento; sé que Enedina ya está en su casa pero falta Juan Carlos y los más de 30 compañeros detenidos”, manifestó.
Abraham Cordero informó que iniciará un recorrido pueblo por pueblo para recoger el sentir de los campesinos y el rumbo que seguirá el movimiento que encabeza desde hace tres años el Frente Campesino de Ejidatarios y Pequeños Propietarios del Valle de Texmelucan y la Sierra Nevada.
“Como ya es costumbre, vamos a recorrer pueblo por pueblo para redefinir nuestra postura social”, destacó.
–¿Te da miedo regresar a la lucha social? –le inquirió uno de los reporteros.
–Cuando uno sabe que no ha cometido ningún agravio a la sociedad ni al mismo gobierno, no tenemos por qué que temer.
–¿Es casual tu salida en un 2 de octubre? –le preguntó otro.
–Salir en un 2 de octubre es una bendición, quiero tomarlo así; es un día conmemorativo muy importante porque las luchas sociales en México no han terminado.
“Los gobiernos de México y Puebla –agregó– tienen que poner mucha atención en solucionar los problemas que nos aquejan”.
El pasado 8 de abril el dirigente campesino y ex juez de paz de su comunidad natal San Francisco Tepeyecac, Abraham Cordero Calderón, fue interceptado por cuatro personas en la carretera federal México–Puebla cuando iba a bordo de su vehículo particular, en compañía de su esposa Obdulia García Galicia.
Al día siguiente, la Procuraduría General de Justicia confirmó, de acuerdo con el proceso penal 55/2014, que Cordero Calderón agredió a dos funcionarios del Banco Estatal de Tierras que se encontraban en un terreno de Tianguismanalco, en el municipio de Atlixco, además de que los privó de su libertad durante varias horas y los amenazó con hacerles daño.
Después de las indagatorias y sin pruebas de por medio, más que el dicho de los empleados del gobierno del estado, el agente del Ministerio Público de Atlixco determinó que el campesino no podía ser puesto en libertad por ser una “persona peligrosa”, por movilizar a más de 100 campesinos de su región.
Su detención se sumó a la de Enedina Rojas Vélez, comisariada ejidal de San Felipe Xonacayucan, perteneciente al municipio de Atlixco, y a la de Juan Carlos Flores Solís, vocero del Frente de Pueblos en Defensa del Agua y Tierra, Morelos, Puebla y Tlaxcala, ocurrida días antes, por oponerse a la construcción de un gasoducto que forma parte del Proyecto Integral Morelos (PIM).
“Estoy feliz de respirar aire”
Afuera del Palacio Municipal, en donde se encuentra el penal de Atlixco, estaban la esposa, los hijos y las hermanas de Abraham Cordero, un equipo de abogados encabezados por Vladimir Luna Porquillo, así como campesinos de la región de Texmelucan que esperaron por horas con ansías su salida.
A temprana hora, Silvia y Argelia Cordero Calderón llegaron al Centro de Reinserción Social (Cereso) para esperar la salida de su hermano, respaldando moralmente a Obdulia.
Finalmente apareció Cordero Calderón a las 14:40 horas en la puerta del penal de Atlixco, que se ubica frente al zócalo municipal.
Sonriente, vestido con una playera blanca, pantalón de mezclilla y una gorra café, dijo sentirse feliz de haber recuperado su libertad a lado de su familia.
“Es algo bonito sentir nuevamente el aire”, comentó el activista al grupo de reporteros que esperó su excarcelación.
En una breve entrevista, el luchador social confirmó que está bien y que no tiene ninguna complicación de salud.
“Me trataron bien, como cualquier otro interno; no tengo nada que decir en contra de este centro penitenciario”, respondió a la interrogante de si había recibido amenazas u hostigamiento por parte de los custodios.
Cordero Calderón relató que dentro del penal cuentan con problemas de hacinamiento, pues el reducido lugar alberga a más de 300 personas.
“En mi celda estábamos seis internos, pero nos acompañamos durante este tiempo”, refirió el dirigente campesino, sin entrar en detalles.
–¿Vas a seguir en la lucha? –fue la pregunta obligada.
–Definitivamente sí. Lo único que les puedo decir es que vamos a seguir en el movimiento, me voy a reunir con mis compañeros y ellos decidieran.
Agregó que se siente feliz de recuperar su libertad y que no tiene temor por su persona ni por la de su familia.
Agradeció a las organizaciones el que no se hayan olvidado de él, y aseguró que seguirá en el movimiento de defensa de la tierra.
Vicios en el proceso legal
Durante el tiempo que estuvo en reclusión, Abraham Cordero Calderón mantuvo su actividad pública a través de escritos mandados a los medios de comunicación, donde redactó hasta el cansancio los vicios en el proceso legal en su contra, como la falta de pruebas, el hecho de que fuera acusado por funcionarios del actual gobierno estatal, y las prácticas dilatorias del juez a cargo de su caso.
En la reciente carta enviada a esta casa editorial, el ex juez de paz hizo un recuento de su labor social y política en los últimos 20 años, argumentando con ello que no era un “peligro” para la sociedad, como lo determinó el agente del Ministerio Público del municipio de Atlixco.
Un día antes de su liberación se dio a conocer que entre las organizaciones que pactaron la salida de los tres presos políticos estuvo la Unión Campesina Democrática (UCD) de Puebla, el Movimiento Nacional Los de Abajo, el Centro de Derechos Humanos “Zeferino Ladrillero”, el Centro de Derechos Humanos “Miguel Agustín Pro” (ProDH) y la organización Servicios y Asesoría para la Paz (Serapaz).
Tras el arraigo domiciliario de Enedina Rosas y su excarcelación solo queda pendiente la liberación de Juan Carlos Flores Solís, que podría darse este fin de semana.
